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Una carta y un premio

“Escribo de noche como un vampiro insomne y mi libro de cabecera es Trilce. Así el homenaje de mis colegas lo recibo con toda humildad, como la estimulante confidencia de que mi tentativa no ha sido en vano”.

La carta dice así: Lima, 06 de septiembre de 2022. Sr. Eloy Jáuregui Coronado. Lima. Estimado colega: La Junta Directiva del Club de Periodistas del Perú acordó por unanimidad concederle a usted la Pluma de Oro 2022 por su destacada trayectoria como periodista ejerciendo un trabajo profesional que le ha permitido, adicionalmente, promover grandes valores y buena imagen para el avance de la prensa en el Perú.

El anuncio de los premiados y la entrega de la correspondiente distinción se realizarán en una reunión el sábado 24 del presente mes, con motivo del Día del Periodista en nuestro país.

Debo confesarlo, soy un peruano agradecido y no es usual que escriba sobre mis méritos. Sí de mi colegas y maestros. Y no escribiré más de los candidatos a la alcaldía de Lima, ni del congreso y mucho menos del presidente y sus ministros. No vale la pena y no tengo tiempo. Todos mis lectores saben que con la COVID-19 estuve al borde de la muerte y que fueron mis amigos médicos y los periodistas quienes me salvaron. Y todos mis lectores saben que soy poeta y profesor universitario y que me especializo en la crónica periodística. Por ello en estos tiempos soy un bicho raro.

Confieso que aprendí de Hemingway, de Capote y de Rodolfo Jorge Walsh, del valor de la honestidad como de la observación. Aquello de sorprenderse ante todo, el de mirar y ver hasta el mínimo detalle porque ahí está el origen de una buena crónica. Esa necesidad de respirar como el resto, de angustiarse como sus personajes, de vivir y padecer como esos seres que después serán parte de nuestros textos.

No sé si otros lo hacen, pero yo en cada texto que escribo trato siempre de recurrir a los espíritus huidizos de la poesía, y trato de dejar en oración el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte.

Escribo de noche como un vampiro insomne y mi libro de cabecera es Trilce. Así el homenaje de mis colegas lo recibo con toda humildad, como la estimulante confidencia de que mi tentativa no ha sido en vano. Por aquello de admirar a Vallejo quien entendía que la única prueba concreta de la existencia del hombre es la poesía y eso me hace feliz y muchas gracias por todo.

La República

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