Cómplices, por Inés Flores

Una posibilidad expeditiva para sacar al presidente Pedro Castillo del Gobierno está en el Congreso. Pero los congresistas, como lo han demostrado hasta ahora, no lo quieren hacer. Prefieren mantener su buen sueldo, gollerías y demás privilegios. Esta actitud personalista y egoísta los convierte en cómplices de un mandatario que acumula denuncias fiscales por liderar una organización criminal.

Los parlamentarios tienen dos vías para terminar con el caótico gobierno de Castillo: la vacancia y el adelanto de elecciones. La primera opción es casi imposible lograrla. No solo porque se necesitan 87 votos, sino por el sabotaje de “Los Niños”. Estos son muchos más de los que se suele mencionar y operan desde diferentes bancadas en esta negociación turbia con el Ejecutivo. Sería bueno que de una vez salgan a la luz todos los nombres de estos inescrupulosos.

La segunda opción –con participación de la sociedad civil– es el adelanto de elecciones. Pero aquí aparece la otra barrera impuesta por los mismos congresistas que no quieren perder sus sueldos y gollerías. Hay proyectos de ley presentados con ese objetivo, pero no son incluidos en la agenda de la Comisión de Constitución que preside Hernando Guerra García de Fuerza Popular (FP). Además, en FP hay una suerte de escopeta de dos cañones, porque mientras su lideresa Keiko Fujimori pregona el adelanto de elecciones, el inefable Nano se opone a ello. ¿A quién creerle?

Y la calle está más indiferente que nunca. Casi sonámbula. Aunque puede estallar en cualquier momento atizada por el aumento de los precios de los alimentos y de los combustibles frente a un gobierno paralizado y sin brújula. Entonces será el fin de Castillo y también de sus cómplices.