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Defensores de violadores

“La misoginia y la falta de criterio son transversales a nuestra sociedad y no tienen que ver con edades, nivel social...”.

El sujeto -Wilmar Elera, sentenciado por corrupción y renunciante tercer vicepresidente del Congreso, nada menos- que dijo que una mujer propicia su violación porque trabaja “en un espacio de puros hombres” pertenece a la misma especie zoológica de los que juran que “cuando ellas dicen no, en realidad quieren decir sí”, o que se lo buscó “porque vestía provocativamente” o porque “se exhibía como en escaparate”.

Es decir, la de esos especímenes que exculpan al delincuente o -como el indescriptible Héctor Acuña- hasta lo compadecen porque “la está pasando muy mal”.

Pero tan indignante como que Elera, el sujeto de marras, haya pretendido relativizar un delito con ese aberrante argumento es que, luego, haya pretendido disculparse apelando a su edad, con lo que, de paso, insultó a todos los adultos mayores del país, atribuyéndoles una tendencia “natural” a la mentalidad retrógrada y a la escasez de juicio.

Lo cierto es que la misoginia y la falta de criterio son transversales a nuestra sociedad y no tienen que ver con edades, nivel social o tendencias políticas, como lo ha demostrado la curiosa coincidencia que hay entre Perú Libre y Renovación Mediev…, perdón, Popular, cuando se trata de atacar al enfoque de género en la educación y minimizar la violencia contra la mujer.

También cuando tratan de presentar el abuso sexual -incluso contra menores- como un pecado venial que hasta puede ser “propiciado” por la víctima o relativizarlo apelando a costumbres o tradiciones ancestrales que ya no tienen cabida en países civilizados que cuentan con leyes que protegen a todos y cada uno de sus ciudadanos.

Lo que muchos peruanos -y no solo políticos- todavía no entienden es que una mujer puede estar en la cama con un hombre, desnuda e incluso en el momento mismo de iniciar el acto sexual decir que no. Y el tipo, caballero nomás, debe aceptarlo sin chistar. Cualquier otra actitud se llama violación y es un delito grave.

Y, por cierto, la edad no tiene nada que ver en esto: hay cavernícolas en todas las generaciones.

Maritza Espinoza

Choque y fuga

Periodista por la UNMSM. Se inició en 1979 como reportera, luego editora de revistas, entrevistadora y columnista. En tv, conductora de reality show y, en radio, un programa de comentarios sobre tv. Ha publicado libro de autoayuda para parejas, y otro, para adolescentes. Videocolumna política y coconduce entrevistas (Entrometidas) en LaMula.pe.