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1984 y el cuento de la criada

“El sometimiento de las mujeres es un paso decisivo para el dominio de la sociedad, en la visión retrógrada y machista de los grupos conservadores. Vemos que no hay una separación de izquierda y derecha”.

La cualidad anticipatoria de la gran literatura, cuando se trata de distopías, es tan asombrosa como temible. El nefasto fallo de la Corte Suprema de los EE.UU, en el cual se anula el célebre Roe vs. Wade, dejando libre a cada Estado de prohibir o autorizar el aborto, tiene ecos de Orwell y Atwood. En la novela de la canadiense, citada en el título y publicada en 1985, a las mujeres se les retira el derecho a decidir sobre su cuerpo y se les reduce al papel de depositarias de ovarios aptos para la reproducción. Esto ocurre en el imaginario Gilead, que corresponde a los EEUU.

Se ha dicho que constituye un retroceso de 50 años. Sin embargo, tal como lo ha hecho notar el diario francés Libération, el retroceso no equivale a lo que sucedía hace cincuenta años, cuando el aborto era ilegal en los estados federales de USA. Es mucho peor.

Las tecnologías para rastrear a las mujeres que intenten abortar o lo hagan, explica el diario, son mil veces más intrusivas y eficaces de lo que eran antes de Roe vs. Wade. Los métodos de hoy permiten vigilar mediante geolocalización, registro de datos de búsqueda en internet, control de pagos y reconocimiento facial, por citar solo algunos. Orwell nos previno.

Ya no se trata tan solo de un vecino metiche o de algún personal de salud afecto o forzado a la delación. El control del cuerpo y el deseo femenino es mucho más violento y persecutorio que hace medio siglo. La tecnología es, como cualquier instrumento, un progreso o una regresión en función del uso que se le asigne y la mente de quien la posea.

Si esto sucede en la mayor potencia del planeta, imaginen lo que puede suceder en una que pertenece al grupo colero de la democracia, aquella donde vivimos los peruanos. La representante de Fuerza Popular, Rosangella Barbarán, apoyada por la Comisión de la Mujer y la Familia del Congreso, ha lanzado una iniciativa contra el aborto terapéutico, como se sabe.

No cometamos el mismo error de los representantes del Partido Demócrata y los jueces crédulos en los EE.UU. El sometimiento de las mujeres es un paso decisivo para el dominio de la sociedad, en la visión retrógrada y machista de los grupos conservadores. Vemos que no hay una separación de izquierda y derecha. Del populismo al fascismo hay un paso y este no hace distingos de supuestas ideologías.

La República

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