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Crímenes del futuro, por Sandro Mairata

“Esta exploración hacia nuestros adentros –literal– resume las obsesiones siniestras del cine de Cronenberg: body horror, erotismo, tecnología. Y las preguntas: ¿en qué nos estamos convirtiendo?”.

Por Sandro Mairata | @CINENSAYOLat y @smairata

“La cirugía es el nuevo sexo”, se dice en lo nuevo de David Cronenberg como puerta de entrada al nuevo universo ficcional del maestro canadiense. Cronenberg, director de La mosca, Crash: extraños placeres, Cuerpos invadidos o Una historia de violencia, se reencuentra con el protagonista de esta última cinta, Viggo Mortensen, para vulnerar nuevas barreras morales y violentar tabúes, como es su estilo.

Mortensen es Saul Tenser, un tipo con una extraña capacidad: desarrolla nuevos órganos al interior de su cuerpo. Lejos de tratarse esta condición, tiene una pareja llamada Caprice (Léa Seydoux), quien usa métodos avanzados de ciencia para abrir el torso de su hombre y realizar tatuajes en los órganos a extirpar.

El acto del tatuado se lleva a cabo en una locación clandestina ante un público selecto que entendemos es parte de una subcultura (recuerdos de Kubrick y Ojos bien cerrados).

Estamos en un futuro indeterminado en una ciudad y país anónimos donde el gobierno ha tomado nota de la existencia de un “síndrome de evolución acelerada” y enviará emisarios para seguir el asunto. Entran a escena la científica Timlin (Kristen Stewart), con una obsesión más allá de lo laboral con las actividades de Tenser, y su jefe Whippet (Don McKellar), así como un misterioso detective llamado Cope (Welket Bungué).

El núcleo tensional del relato alcanzará a todos, quienes desarrollarán agendas propias, con la adición de un perturbado tipo llamado Lang Dotrice (Scotte Speedman).

Cronenberg titula su filme como otro anterior suyo de 1970, sin relación alguna. La trifecta Mortensen-Seydoux-Stewart opera equilibrada a las órdenes del director, pero leí que Natalie Portman era la opción inicial para el rol de Seydoux; realmente Portman hubiera brillado mejor en este papel de registro similar al que tuvo en Closer (2004) de Mike Nichols.

Todos los personajes se ubican al margen de la moral predominante en este futuro y aun así hallarán límites al presentarse un desafío mayor.

Esta exploración hacia nuestros adentros –literal– resume las obsesiones siniestras del cine de Cronenberg: body horror, erotismo, tecnología. Y las preguntas: ¿en qué nos estamos convirtiendo? Tatuar órganos sobrantes es una potente metáfora sobre hacer arte a partir de nuestras miserias modernas. Estamos ante un gran trabajo que, sin embargo, deja varios cabos sueltos esenciales para creer esta mentira.

El no-sexo de Crímenes del futuro transforma la seducción visual de una fotografía hermosa y oscura en un sensorialidad culposa: ¿cómo puede uno sentirse incitado ante mutilaciones y cortes? La misma pregunta nos hacíamos con Crash. Crímenes del futuro sigue esa línea perturbadora tan necesaria en el buen cine de Cronenberg. Un cine, por demás, necesario en sí mismo.

Ficha

Título: Crímenes del futuro

País: Canadá, Francia, Reino Unido, Grecia

Año: 2022

Director: David Cronenberg

Protagonistas: Viggo Mortensen, Léa Seydoux, Kristen Stewart

Disponible en: Google Play, Amazon Prime, Mubi (29 de julio)

Calificación: 4.5/5

La República

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