Así quedó la tabla de posiciones del grupo A en la Libertadores

Castillo, ‘desmilitantízate’

“Nadie regala el poder, y menos a un contratista con ínfulas de patrón. Quizás consuele a Cerrón haber descubierto que todo lo que dijo sobre el excamarada era cierto”.

Perú Libre le ha mostrado la puerta a Pedro Castillo. No son exactamente los mismos motivos que circulan entre la población. PL ha tomado esta decisión una vez convencido de que Castillo le hace daño al partido. Los argumentos de fondo son que divide la bancada, crea partidos paralelos, y toma medidas contrarias al pensamiento PL.

Con esto se confirma que Castillo ha ganado un nuevo enemigo en el Congreso. Vladimir Cerrón empezó hablando por los 37 miembros de una bancada oficialista, pero luego Castillo, sin mucho materialismo dialéctico, lo desplumó. Una vez que los votos de Cerrón ya no fueron el antídoto a la vacancia, Castillo lo dejó sin ministerios.

En el proceso el propio Castillo fue perdiendo terreno, hasta volverse intensamente cuestionable e impopular, al grado de volverse un fuerte pasivo para los planes electorales de PL. Cerrón intentó el pase de magia de aparecer como oficialista y opositor al mismo tiempo, pero la combinación se le fue volviendo cada vez más difícil.

La medida de PL recoge un año de discrepancias. La primera sobre si mandaba el presidente de la república o el secretario general del partido ganador. Luego sobre la inconveniencia de nombrar ministros contra la voluntad de Cerrón. Luego la denuncia sobre el carácter centro-derechista del nuevo gobierno.

En más de un momento Cerrón definió la actuación del gobierno y de Castillo como una traición. Muy temprano en el día, Castillo llamó a Cerrón portero, una pulla cruel, visto que este último le había abierto las puertas de la presidencia. Finalmente Cerrón perdió los jugosos ministerios que tenía (¿Cómo entraban en su estrategia?).

La decisión de PL es un microcosmos cargado de símbolos y paralelismos. La salida del partido puede ser vista como la antesala de una salida de la presidencia. Quizás esto último no le convenga a Cerrón para las elecciones de octubre, ya que siempre hay votantes confundidos para los que izquierda es izquierda. Pero sí le conviene para el 2026, o así piensa.

Cerrón creyó que su contratado chotano le iba a abrir el camino hacia un mayor poder. El triunfo del 2021 ciertamente dio esa impresión, pero rápido se convirtió en un espejismo. Nadie regala el poder, y menos a un contratista con ínfulas de patrón. Quizás consuele a Cerrón haber descubierto que todo lo que dijo sobre el excamarada era cierto.

La República

Los artículos firmados por La República son redactados por nuestro equipo de periodistas. Estas publicaciones son revisadas por nuestros editores para asegurar que cada contenido cumpla con nuestra línea editorial y sea relevante para nuestras audiencias.