Senamhi: alerta roja por fuertes vientos y lloviznas

¿Se parecen mucho en la nueva trova?, por Augusto Álvarez Rodrich

Los triunfos electorales de las izquierdas en la región.

La geopolítica regional se sigue redibujando por la racha de triunfos de políticos de izquierda –o que se creen de izquierda–, pero sería un error pensar que todos son iguales, pues, parafraseando a George Orwell, (casi) todos los nuevos presidentes son rojos, pero algunos son más rojos que otros.

Desde Colombia, Petro se suma al club de Boric (Chile), Arce (Bolivia), Fernández (Argentina), Castillo (Perú), Maduro (Venezuela), AMLO (México), Ortega (Nicaragua), Díaz-Canel (Cuba), Castro (Honduras) y, quizá pronto, Lula en vez del ultraderechista Bolsonaro.

Los de derecha son los de Ecuador (Lasso), Uruguay (Lacalle), Paraguay (Benítez), Costa Rica (Chaves) y Guatemala (Giammattei); y los de centro son Panamá (Cortizo), República Dominicana (Abinader) y El Salvador (Bukele).

Sería equivocado, decíamos, creer que todos los jefes de estado izquierdistas son iguales, así como también sería un error pensar que todos los derechistas se parecen, pues ahí hay desde presidentes comprobadamente democráticos como Lacalle hasta autoritarios entusiastas como Bukele. Lo mismo sucede en la izquierda, regional, donde existen dictadores abiertos como Maduro, Díaz-Canel y Ortega, y presidentes con talante democrático como, entre otros, Boric.

Entre los presidentes de izquierda de América Latina hay más diferencias que parecidos, lo cual depende, además de su vocación democrática, de una variedad de factores como formación ideológica, visión de modernidad, trayectoria de la geopolítica del país o visión sobre libertades individuales.

Ello explica que se encuentren posiciones tan distintas sobre asuntos como la invasión rusa a Ucrania, actitud hacia Estados Unidos, la inversión privada, o el matrimonio gay y el aborto.

A estas alturas, como van las cosas en la región, se puede concluir que hay modelos exitosos y fracasados al margen de si se autodenominan de derecha o de izquierda, lo cual depende de la inteligencia, experiencia y realismo de quien ejerce la presidencia.

Lo cual explica, imposible obviarlo, por qué estamos hoy tan mal en el Perú, con un presidente como Pedro Castillo que no es de izquierda ni derecha, sino todo lo contrario, pero, sin duda, un desastre inclasificable.

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