Primeras presiones del Caribe
“… las propuestas a Petro desde la izquierda hoy son verdaderos caramelos envenenados. Quienes los envían han pasado años, por no decir decenios, apuñalando a Colombia por la espalda”.
Gustavo Petro ha empezado a recibir mensajes, que son consejos. Diosdado Cabello, N°2 de la clique que rodea a Nicolás Maduro, plantea que ahora es cuando para un acercamiento Colombia-Venezuela. Desde Lima Vladimir Cerrón lo insta a cortar los lazos de Bogotá con la OTAN. Pedro Castillo expresa un “sentimiento común”, el mismo que le transmitió a Iván Duque.
Resumiendo, son consejos para un cambio en la política exterior de Colombia. Algo así como acercarse a Caracas y alejarse de las potencias occidentales. Un planteamiento que no es ni deseable ni fácil. Colombia bajo fuego FARC-ELN sufrió hostilización de la izquierda de todo el continente, y el intervencionismo de Maduro.
Lo que salvó al Estado colombiano del asalto narco-bolchevique no fue propiamente la OTAN, pero casi. Washington aportó los recursos militares para las ofensivas decisivas, que finalmente llevaron a los acuerdos de paz. La Unión Europea aportó una porción sustantiva de los recursos económicos para la ofensiva anti-FARC.
De modo que las propuestas a Petro desde la izquierda hoy son verdaderos caramelos envenenados. Quienes los envían han pasado años, por no decir decenios, apuñalando a Colombia por la espalda. Por fortuna hay otros gobiernos y partidos izquierdistas, en la región y en el mundo, que permitirán a Petro no amarrarse fracasados al pie.
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La colaboración del exterior todavía es importante para la lucha colombiana contra la droga, un desafío que Petro percibe desde una perspectiva diferente que la de Washington y los gobiernos que lo precedieron: menos militarismo, más aproximación social. “Necesitamos que la gente escape de las mafias”, le dijo a EFE en mayo pasado.
En otro plano, el presidente electo ha mencionado el deseo de que Colombia pese más en el mundo, como corresponde a un país de renta media. La frase quizás transpira una visión del espacio latinoamericano como parroquial, y acaso hasta un mensaje enviado de vuelta: Colombia debe evitar el conventillo de intereses y dictaduras que es hoy el Caribe. Está en los intereses del Perú trabajar para que Colombia, presidida por un economista, se mantenga dentro de la Alianza del Pacífico. Quizás sería útil una reunión de países miembros. La última fue la cumbre de enero pasado, donde Ecuador solicitó sumarse como miembro pleno.
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