Boric, Lula, Petro y “la política”, por Irma del Águila

El Perú sigue entrampado en su laberinto. Al audio divulgado esta semana donde el exministro Silva y el empresario Zamir Villaverde se coluden para “ganar” licitaciones en el MTC por “cien grandes” se suma otro audio en el que la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, apuntalaría una conspiración golpista: “Vamos a sacar solo a un presidente”.

El país está fragmentado y sin liderazgo político. El Gobierno y el Congreso sumidos en un descrédito profundo. Es aquí, ante un escenario distópico, que tiene sentido echar una mirada a la región y ver las cosas en perspectiva. En el campo del progresismo, Gabriel Boric, Gustavo Petro, Lula da Silva han demostrado capacidad de liderar proyectos de cambio en un ejercicio explícito de “la política”, muy distinto del progresismo peruano. Pero ¿qué es “la política”? Es la esfera de la “realidad” donde coexisten las personas. Donde vivimos con límites, porque hacemos vida en común y estamos obligados a conciliar: así, votamos para decidir quién será nuestro jefe de Estado, vamos a los vacunatorios a vacunarnos, y etc.

“La política” es pues el territorio de la acción mientras que “lo político” es el de las ideas antagónicas (p. ej. socialismo, liberalismo, fascismo, etc.) que se enfrentan sin posibilidad de resolver sus contradicciones.

Cuando el candidato presidencial de Colombia Gustavo Petro, ante el imperativo de sumar 10% en segunda vuelta, agradece el respaldo de Alejandro Gaviria, liberal, exministro de Salud de Juan Manuel Santos, se mueve en el terreno de “la política”. En estos dos últimos años, candidatos de izquierda democrática han pasado por ese tránsito, ensanchar los pactos sociales, acoger al centro, centro derecha incluso, como ha hecho el “pragmático” candidato Lula, que se enfrenta a Bolsonaro en octubre (y nadie dice que esa sea la mejor decisión posible, sino que Lula hace “la política”).

Volviendo a Colombia, cuando la candidata a la vicepresidencia Francia Márquez se opuso en primera vuelta a sellar una alianza con César Gaviria y los liberales que lo acompañaban lo hacía desde el plano de las ideas políticas, “lo político”: porque una visión de transformación radical del Estado colombiano va a colisionar, tarde o temprano, con supuestos liberales del mercado, que ahora es oligopólico. Y, sin embargo. Márquez tiene razón y no tiene razón. Dependiendo del plano de la discusión: el de las ideas o el de la acción política inmediata.

Ojo, que en “la política” no se terminan de resolver esas contradicciones fundamentales (p. ej. entre socialistas y liberales), ideológicas, solo se “administran” en un orden político viable y por fuerza provisional (p. ej. en un Gobierno de coalición de cinco años).

Boric, Petro, Lula van lidiando con la ingrata tarea de hacer “la política”, que suscita tensiones de cara a los electores y militantes. De ahí la importancia del liderazgo de Boric, Petro y Lula que toman decisiones en el hoy para avanzar en la realización del mañana.