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Patrimonialismo y neopatrimonialismo

“Castillo y Cerrón son tan neopatrimonialistas como fueron Fujimori y García. El Perú asiste a una pugna feroz entre un neopatrimonialismo de tiburones y un neopatrimonialismo de pirañitas”.

A la apropiación privada de lo público-estatal apelando a un derecho Max Weber llamaba patrimonialismo. Basadre escribió que en el Perú había sultanismo más que patrimonialismo porque no se apelaba a un derecho sino que se imponía de hecho.

El patrimonialismo es tan viejo como el Estado. Lo moderno es su transformación en Estado burocrático en los siglos XVII y XVIII en Europa. En el Perú, el Estado patrimonial heredado de la colonia era disputado por los caudillos militares hasta 1850 y a partir de esa fecha, por civiles y militares. En1895 la oligarquía y los partidos de notables organizaron un Estado patrimonial de señores, exclusivo y excluyente, que duró, entre gobiernos de oligarcas y dictaduras militares prooligarcas, hasta 1968.

Uno de los grandes méritos de Velasco es, pese a ser una dictadura, liquidar el Estado patrimonial de los oligarcas y los gamonales para construir un Estado burocrático autónomo, esto es, sin dueño. Lamentablemente duró poco. En los 90 del siglo pasado Fujimori propició la instauración del neoliberalismo y, con él, lo que FH Cardoso ha llamado el neopatrimonialismo estatal y otros, captura del Estado.

El neoliberalismo desvalorizó la política y el Estado al que transformó en subsidiario del mercado y del capital. Los neoliberales se apropiaron del Estado, especialmente de los aparatos estatales más vinculados a los intereses del capital a los que transformaron en pequeñas islas de modernidad estatal (MEF, BCR, SBS y otros ministerios de la producción). A los aparatos del Estado que tienen que ver con los derechos de los ciudadanos los trató como a la última rueda del coche y a los bienes públicos los transformó en negocios privados.

Lo que más llama la atención en la política actual es que Castillo y Cerrón, llamados a acabar con el neoliberalismo y el neopatrimonialismo, han terminado siendo más de lo mismo. Castillo y Cerrón son tan neopatrimonialistas como fueron Fujimori y García. El Perú asiste a una pugna feroz entre un neopatrimonialismo de tiburones y un neopatrimonialismo de pirañitas. Los neoliberales sostienen que los tiburones son técnicos y los pirañitas, ignorantes.

El neopatrimonialisno ha ido más allá del Estado para extenderse a los partidos políticos. En el Perú ya no tenemos partidos representativos de ciudadanos sino partidos con dueño (neopatrimonialistas) que no representan a nadie. Más aún: el neoliberalismo ha propiciado y propicia la despolitización y la antipolítica. ¿Qué hacer?

En el mundo moderno los grandes cambios provienen, para decirlo en términos habermasianos, no del mundo de los sistemas, sino del mundo de la vida: de la esfera pública, de la sociedad civil (en la que deben formarse partidos nuevos) y de los ciudadanos organizados. Hannah Arendt sostiene que el poder no es el arma sino el número organizado.

Sinesio López

El zorro de abajo

Sinesio López. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.