Metropolitano inaugurará 14 nuevas estaciones
EN VIVO Alianza vs. Boys

El reiterado cuento de un idiota

“Paradójicamente, personajes como Cerrón o Torres creen ser los pescadores que saldrán beneficiados con ese río revuelto. Lo triste es que la sorpresa que les espera nos va a explotar en la cara a todos”.

Nunca fue tan oportuna la célebre frase de Macbeth: “La vida es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que no tiene ningún sentido”. De inmediato acude a la mente la fábula inconexa del niño y el pollo. ¡Ojalá fuera el único cuento ininteligible! ¡Ojalá fuese el único político que redacta tesis en donde lo más rescatable es la parte plagiada! Hildebrandt en sus trece ha reseñado algunos párrafos de la parte original, dignos de la sentencia de Shakespeare.

Lo grave es que, ahora que se avecina una crisis con los cuatros jinetes del apocalipsis al galope, el hombre que confundió a su mujer con un sombrero (Oliver Sacks) está en inmejorable compañía. Cerrón, Torres, Alva o Montoya, por citar a algunos al azar, compiten en esa lid por el despropósito, la mentira y la más dolosa irresponsabilidad.

Para muestra un botón: un periodista de RPP le pregunta al ministro Óscar Zea por qué ha sacado al secretario general de su portafolio y el titular de desarrollo agrario responde: “Tenemos que sacarlo porque no hay ninguna razón de que continúe”. “Tengo que sacarlo”. “No hay ningún argumento”. Ni Benji, el personaje de El ruido y la furia escrito por Faulkner, llega tan lejos. Este es el ministro responsable del sector clave para enfrentar la devastadora catástrofe alimentaria que está llegando.

Cuando más necesitamos personas capaces de pensar y ejecutar, estamos en manos de farsantes solo preocupados por conservar sus puestos, algunos incluso de evitar la cárcel, todos impulsados por el duro deseo de durar.

La trama se complica y dramatiza porque la calle parece narcotizada, como sucede en las dictaduras (no estamos en una), en donde el desánimo o la resignación se llevan de encuentro nuestra capacidad de luchar para defender lo que nos están arrebatando: nuestro Estado, nuestro país, nuestro futuro.

Ante un panorama desolador como el que estos breves trazos esbozan, la única esperanza es la más primitiva y feroz: cuando el hambre llegue a extremos insostenibles, acaso entonces pasaremos de Macbeth a La tempestad.

Lo terrible es que nadie puede predecir las consecuencias de esa confluencia de caos y desesperación. Paradójicamente, personajes como Cerrón o Torres creen ser los pescadores que saldrán beneficiados con ese río revuelto. Lo triste es que la sorpresa que les espera nos va a explotar en la cara a todos.

La República

Los artículos firmados por La República son redactados por nuestro equipo de periodistas. Estas publicaciones son revisadas por nuestros editores para asegurar que cada contenido cumpla con nuestra línea editorial y sea relevante para nuestras audiencias.