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El miedo a la sexualidad

“La mayoría de progenitores o responsables de la educación en casa están desinformados y temerosos en asuntos relacionados con la sexualidad”.

Debería ser evidente el vínculo entre las violaciones, los embarazos adolescentes y la ausencia de educación sexual integral (ESI), pero no es así. Por el contrario, grupos como #ConMisHijosNoTeMetas están convencidos de lo contrario. Hemos escuchado al congresista Cueto exigir que los padres estén presentes cuando se imparta educación sexual a sus hijos. Lo cual supondría que dichos padres están informados y capacitados al respecto.

Mi experiencia cotidiana en el consultorio me demuestra precisamente lo contrario. La mayoría de progenitores o responsables de la educación en casa están desinformados y temerosos en asuntos relacionados con la sexualidad. La razón es muy sencilla: ellos tampoco recibieron una ESI, ni en su casa ni en el colegio.

Por eso no son de extrañar las astronómicas tasas de abuso sexual infantil, bullying contra niñas y niños gays o transexuales en el colegio y, como constato con regularidad en mi trabajo, niñas abusadas en su hogar. A menudo los perpetradores son sus padres (no sus madres: sus padres), en ocasiones sus hermanos o tíos. Y hablo de las clases privilegiadas.

Lo cual no significa que los maestros estén preparados para impartir la indispensable ESI. Pues esta materia no se refiere a hablar de aparatos reproductores, órganos genitales, etcétera. Una ESI en la que se encuentren ausentes el deseo, las emociones o los afectos es cualquier cosa menos integral.

Por ello el primer paso ineludible es capacitar a los maestros. En el Perú hemos entrado en una etapa tan retrógrada que esto suena revolucionario. Como le respondió Alfonso Barrantes a Humberto Martínez Morossini, cuando el periodista le preguntó con sorna si seguía creyendo en la revolución: “Don Humberto, en el Perú un gobierno honesto sería revolucionario”. Igualmente lo sería hablar de sexualidad sin tapujos, de igualdad de género sin tapujos, de los derechos de los grupos LGTBI sin tapujos.

No impartir ESI en los colegios, no capacitar a los maestros para hacerlo equivale al delito de no asistir a personas en riesgo. Las niñas seguirán siendo violadas, abusadas en su hogar, embarazadas en la adolescencia, los LGTBI seguirán siendo violentados, nuestra sociedad seguirá involucionando hacia la barbarie. Por eso sacar a estos representantes políticos que lo fomentan, haciéndolo por la vía legal y pacífica, es un deber de protección hacia la infancia.

La República

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