Embajadores criollos en Torre Tagle
La diplomacia no es chacra para pagar favores políticos.
La presencia en Lima ayer y hoy del embajador de Noruega en Chile y Perú, Jostein Leiro, coincide con la decisión de Torre Tagle de persistir en el vicio de regalar embajadas como favor político, pero puede volverse una gran oportunidad para que el canciller César Landa se dé cuenta del error para la diplomacia peruana –y su propio prestigio– si persiste en avalar la designación de gente incapaz de representar bien al Perú en el exterior, especialmente en un país con el que se pueden construir valiosos beneficios mutuos.
Torre Tagle ha solicitado al gobierno noruego el beneplácito para que Isabel Soria Reátegui sea embajadora en Oslo. El presidente de la República dirige la política exterior y puede nombrar embajadores que no sean de carrera –'políticos’– sin superar al 20% del total.
Esto puede generar el gran beneficio de tener embajadores apropiados, por su trayectoria personal, para ciertos destinos en algunos momentos.
Pero lo que no puede hacer un presidente es usar el servicio diplomático como su chacra para nombrar a gente como Soria, cuyo CV no tiene indicios que hagan sospechar que califica para una embajada, en Noruega ni en ningún otro país. El único motivo que lo explica es que fue jefa de campaña de Perú Libre en Suecia en 2021, lo que revela su vínculo con Vladimir Cerrón.
En la historia de Torre Tagle, como explicó Fernando Vivas hace poco, solo ha habido tres casos de embajadores rechazados por el país de destino, dos de ellos en el gobierno actual: uno en Panamá (acusado de lavado de activos) y otro en Suecia (nada menos que el hermano de la señora Soria).
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Querer ponerla de embajadora en Oslo significa una ofensa al servicio diplomático peruano, y una ignorancia de todo lo que el Perú puede construir con un país de punta como Noruega si tuviera una correcta representación diplomática, en rubros como tecnología, libertades individuales, protección del ambiente y recursos naturales, e institucionalidad democrática que son claves para el futuro.
Y si Torre Tagle no se da cuenta de todo eso, Noruega podría seguir estrechando puentes, como lo hace desde Thor Heyerdahl, no respondiendo al pedido insólito del Perú, tal como ya lo hizo Suecia con el hermano de Soria.
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