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La convivencia

“Los coqueteos del ministro Condori con el médico de cabecera del exdictador Fujimori no son anecdóticos”.

Lejos de gestar procesos de concertación nacional en torno a los principales problemas del país, la política peruana se ha caracterizado por producir pactos de convivencia por supervivencia. El Perú y sus dilemas se diluyen frente a los intereses de los padres de la patria.

El histórico protagonista de la lógica de la convivencia fue el APRA. No tuvieron reparo en hacer pactos con sus enemigos políticos, incluso con quienes los persiguieron y proscribieron. Trabajar en pared con el bloque odriísta para jaquear al gobierno de Belaunde se parece bastante a la práctica de Perú Libre de hacer alianza con el fujimorismo para combatir la agenda “caviar”, como llaman ambas fuerzas a la defensa de derechos humanos y libertades personales, en particular de las mujeres.

Los coqueteos del ministro Condori con el médico de cabecera del exdictador Fujimori no son anecdóticos. Aguinaga está investigado judicialmente por el caso de esterilizaciones forzadas, caso de violación de derechos humanos de miles de mujeres, principalmente rurales. No es extraño que el líder del Perú Libre haya expresado más de una vez que este caso es responsabilidad de las feministas más que de Fujimori.

La duda que se abre ahora es si esta convivencia alcanza a la pretensión de liberar al exdictador. Al momento de escribir este artículo, el presidente Castillo y la bancada de Perú Libre seguían sin decir nada.

El TC, violando el mandato de la Corte Interamericana, ha revocado la sentencia que anuló el indulto a Fujimori. Pero el indulto sí es ilegal, tanto por la prebenda que le dio origen, pues PPK lo usó como pago al hijo del dictador, como por la violación de las normas nacionales e internacionales de derechos humanos que lo prohíben en casos de lesa humanidad. Solo aplica en caso de riesgo a la vida y como sigue quedando clarísimo, no hay ningún riesgo real a la vida de Fujimori.

Aunque les duela en el alma a los seguidores del dictador, la sentencia de La Cantuta y Barrios Altos señala con claridad que, en ambos casos, el homicidio calificado y las lesiones graves constituyen crímenes contra la humanidad según el derecho internacional. Las organizaciones de derechos humanos que acompañan a los familiares de las víctimas ya han presentado un pedido de medidas de urgencia a la Corte Interamericana, en particular medidas para evitar la impunidad de las personas condenadas, entre ellas Fujimori.

El presidente Castillo puede evitar que las víctimas estén solas. Puede impedir que se libere ilegalmente a quien no ha cumplido su pena, ni pedido perdón y ni pagado su reparación. ¿Lo hará? Ya no tenemos certeza ni de eso.

Sobre lo único que hay certeza es de que quienes lucharon por verdad y justicia no se quedarán con los brazos cruzados, y harán uso de todas las herramientas que el derecho internacional les otorga. Y a nosotras y nosotros nos toca acompañarlos.

Marisa Glave

Desde la raíz

Marisa Glave. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.