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Golpe de Estado permanente (3)

“No dejan de llamar la atención los guiños que el cerronismo hace continuamente a la ultraderecha”.

Cada vez aparece con más claridad que la bronca política y económica de fondo es entre dos mafias por la captura del Estado para ponerlo al servicio de sus intereses privados. Por un lado, están las mafias de los grandes grupos empresariales que tienen ya capturado al Estado desde hace 30 años y, por otro, las mafias de nuevos grupos económicos emergentes (minería informal, transportistas y colectiveros, universidades bamba, cocaleros, constructoras, etc.) que operan en el gobierno de Castillo.

Algunos de estos grupos emergentes mafiosos influyen tanto en el gobierno como en el Congreso y favorecen acuerdos entre ellos. Los casos más notorios son Transportes y Educación. Las mafias de las grandes empresas, la derecha, la ultraderecha, los liberales y los medios concentrados temían que Castillo impusiera otro modelo económico y acabara con la captura del Estado. Este temor los ha llevado a desplegar una oposición brutal y a plantear la vacancia del presidente. Este ataque feroz, por un lado, y la inexperiencia de Castillo, su nula capacidad para escoger a los mejores cuadros de la izquierda y su poca voluntad para tener una perspectiva programática y estratégica, por otro, han obligado al presidente a organizar un gabinete por cuoteo que incluye al cerronismo y a la centro-derecha para evitar la vacancia. No dejan de llamar la atención los guiños que el cerronismo hace continuamente a la ultraderecha.

La captura del Estado fue diseñada en la Constitución fujimorista de 1993, cuando estableció el carácter subsidiario del Estado con respecto al mercado y a las empresas privadas. Este diseño institucional se tradujo en un diseño organizativo que reformó y fortaleció a los organismos (BCR, SBS, Sunat) y a los a ministerios (MEF, especialmente) que tienen que ver con el capital y las empresas privadas en desmedro de los ministerios dedicados a garantizar los derechos de la sociedad y los ciudadanos (educación, salud, seguridad, justicia, etc). La captura del Estado asume diversas formas: nombramiento de directores y ministros de los aparatos económicos, financiamiento privado de las campañas electorales, corrupción, copamiento burocrático por las clientelas partidarias.

Los neoliberales exageran cuando afirman que Castillo está destruyendo el Estado como si este fuera fuerte y eficaz. El Estado casi fallido que tenemos hoy ha sido construido en estos últimos 30 años por el neoliberalismo. La poca o nula capacidad que tiene el Estado para desempeñar bien sus funciones es escandalosa. La ley no es igual para todos ni llega a todo el territorio, la falta de seguridad es espeluznante, la incapacidad burocrática es evidente, la capacidad para proveer los bienes públicos de calidad a todos los peruanos es muy baja, la penetración del Estado en el territorio y en la población es débil, la bajísima presión tributaria es una vergüenza. Es necesario reconstruir el Estado.

Sinesio López

El zorro de abajo

Sinesio López. Autor de contenidos y de las últimas noticias del diario La República. Experiencia como redactor en varias temáticas y secciones sobre noticias de hoy en Perú y el mundo.