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La mujer y la pandemia

Encuesta del IEP revela que las mujeres en el hogar asumen cuidado de enfermos con COVID-19.

Las mujeres han agregado a sus eventuales labores domésticas, el cuidado de los enfermos con Covid-19 durante la pandemia. Esta recarga de trabajo no remunerado y de tiempo adicional dedicado a las personas de la familia que se contagian con la enfermedad han sido constatados por una investigación del IEP encargada por el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán en coordinación con el Ministerio de la Mujer (MIMP).

¿Qué significa en términos de carga semanal? Que las horas destinadas a trabajo doméstico no remunerado se incrementaron durante la pandemia. El 62% de las mujeres aumentaron las horas de dedicación a los cuidados de otras personas dentro de los hogares. Es inquietante que con las nuevas obligaciones adquiridas también se registra que las mujeres tuvieron que dejaron sus empleos formales. El 44% tuvo que dejar de trabajar y el 15% de ellas señalaron que lo hicieron para atender nuevas obligaciones en el hogar.

La cadena de efectos también incide en la reducción de horas destinadas a alguna labor remunerada y también al abandono de los estudios. El 53% de mujeres dedicó menos horas a labores que sí le determinan ingresos, y aunque las cifras son menos abultadas, el 6% de encuestadas tuvo que dejar los estudios, de ellas el 10% reportó que lo hizo por dedicarse a la atención de otras personas en la casa durante la pandemia y el 8% lo hizo por problemas de conectividad.

Es ilustrativa también la cifra tan masiva de mujeres que se dedican en exclusiva a las tareas domésticas en las casas. El 82% de las encuestadas asume la mayor parte de las tareas y cuidados en el hogar.

Hay una serie de datos muy interesantes que deben servir para los tomadores de decisiones en el país. El trabajo doméstico, ya de por sí invisibilizado y no valorado, en tiempos de pandemia resulta multiplicado y con efectos directos sobre la vida y el futuro de las mujeres, quienes están siendo limitadas en su capacidad de estudiar, trabajar y ser felices. La brecha de género se profundiza y ello es más grave en los sectores populares.

El MIMP ha planteado un Sistema Integral de Cuidados, con enfoque de género y cuidados en los más vulnerables, para cumplir con una obligación que no solo debe cargarse sobre los hombros de las mujeres. Es un tema que merece estar en la agenda pública porque una sociedad moderna no puede basarse en limitaciones tan obvias para el desarrollo armónico, autónomo y equilibrado, tanto de hombres como mujeres.