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El ejemplo de la UNICA

Se licencia universidad pública de Ica sin necesitar que se cambie la ley ni nuevos plazos.

El esfuerzo de la comunidad educativa fue suficiente para que la Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica (Unica) lograra el ansiado licenciamiento y ahora se prepare para convocar a nuevo examen de admisión, garantizando para los jóvenes iqueños una mejor formación académica para el futuro.

El caso de la Unica es ejemplar. Al no lograr el licenciamiento en la primera oportunidad el 2019, y con el apoyo del Minedu por tratarse de una universidad pública, se plantearon como meta lograr un licenciamiento con más elevados indicadores de calidad. Y lo acaban de lograr. Hay que recordar que, de los 44 indicadores evaluados para el licenciamiento, la Unica no cumplía con 35 de ellos. Ahora no solo han superado esos 44, sino que se han exigido más, para obtener un licenciamiento de mayor nivel.

No se requirieron nuevos plazos, ni menores exigencias y mucho menos una nueva composición del Sunedu. Con las mismas reglas de juego con las que se han licenciado las anteriores 93 universidades y dos escuelas de posgrado, la casa de estudios iqueña mejoró sus estándares educativos, recompuso sus órganos de gestión, elevó la calidad del profesorado, remozó sus instalaciones, etc.

Ahora, en el mismo camino es seguido por otras dos universidades, Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque y Ciro Alegría de La Libertad, que también se estarían presentando nuevamente para el licenciamiento, ofreciendo para lograrlo mejoras innegables tanto en el plan de estudios como en la infraestructura educativa.

El argumento que han esgrimido los congresistas de diversos partidos políticos para tumbarse la reforma universitaria es que no se puede exigir demasiado. Que las universidades no licenciadas tienen que seguir funcionando y para hacerlo se proponen otorgarles plazos adicionales y facilidades. La Unica —siendo una universidad pública y por lo mismo de menores recursos— ha demostrado que es posible licenciarse sin necesidad de retroceder lo avanzado y, por el contrario y en beneficio de los alumnos, hay que redoblar esfuerzos para cumplir con lo que se denominan “criterios básicos de calidad”.

Quienes reclaman desde sus escaños en el Congreso que se le rebajen las condiciones de calidad a las universidades no licenciadas, están actuando en complicidad con los mercaderes de la educación, que ganan dinero a expensas de las esperanzas de padres y alumnos. La ruta de la excelencia no puede ser abandonada para seguir el camino de la mediocridad. El ejemplo de la Unica es, sin duda, sumamente alentador.