Presidentes sin saber leer ni escribir
Nombramiento de Salaverry en Perupetro debe anularse.
La designación irregular de Daniel Salaverry en Perupetro confirma que el presidente Pedro Castillo mantiene invicta la capacidad de errar con nombramientos absurdos que pervierten la eficiencia del sector público y ofenden la dignidad del funcionario público.
Algo curioso en un presidente cuyo discurso inaugural aludió a la meritocracia como eje del reclutamiento, promesa que no duda en incumplir.
O quizá desconozca su significado —sistema de gobierno en que los puestos de responsabilidad se adjudican en función de los méritos personales (RAE)—, o malinterprete que ‘personales’ es por amigos, paisanos y camaradas.
El excanciller Héctor Béjar explicó cómo (no) funciona la cosa: “Hay una combinación de familiares, amigos de familiares, gente que hizo favores de distintos tipos, desde prestar una camioneta hasta alquilar una casa y otras operaciones desconocidas para mí”.
Para solo mencionar tres casos destapados en los medios en la última semana: nombramiento de 13 prefectos regionales de la Fenatep senderista; descabezamiento de Sutran donde en dos días se cambió a 22 gerentes por gente sin experiencia, militantes y excandidatos de partidos político que apoyaron a los colectiveros; y uso escandaloso del ministerio del ambiente para emplear a personas sin capacidad para los cargos que, literalmente, exigen.
Teniendo eso en cuenta, sabe Dios el desmadre que se viene en la próxima designación de los consejos directivos de los organismos reguladores, tal como ya ha ocurrido en Indecopi.
Salaverry podría ser hasta premier, pero no presidente de Perupetro, pues es evidente que incumple la disposición que exige que los integrantes de su directorio tengan reconocida capacidad técnica en la materia, algo que la contraloría general descubrirá sin dificultad, pero que no parece interesarle a un gobierno que, como ha señalado el ministro de justicia, Aníbal Torres, solo le importa el procurador general porque ha denunciado al jefe de estado.
Castillo seguramente debe creer que, si él puede ser presidente de la república exhibiendo una ineptitud soberana para ejercer ese puesto, por qué Salaverry no podría presidir Perupetro sin saber nada sobre petróleo. Un par de presidentes sin saber leer ni escribir.
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