Reforma tributaria: semana clave

Pasado el fallido intento de vacancia presidencial de la ultraderecha, el país necesita enfocarse en los temas de fondo. Uno de ellos es la reforma tributaria, para la cual el Gobierno ha solicitado facultades legislativas al Congreso de la República.

Nuestra presión tributaria (la recaudación de impuestos respecto al PBI) es de entre 14 y 15%, cuando el promedio de la región es de 23%. Muchas veces se dice “eso es por la informalidad”, pero esa razón no explica todo. Por ejemplo, en Bolivia, que tiene una informalidad casi tan alta como la peruana, la presión es de 24,7%.

Estos números muestran que el Perú tiene menos recursos que los países vecinos para invertir en salud, educación, transporte, fiscalización laboral y ambiental, etc. Para lograr la meta del 6% del PBI para salud y educación necesitamos una presión tributaria de, por lo menos, 19%. Casi cinco puntos más que la actual.

La reforma es, pues, necesaria. El Gobierno ha planteado medidas en tres ejes: formalización, lucha contra el incumplimiento tributario, y progresividad y equidad. No es verdad lo que tanto se ha dicho: que la reforma tributaria “solo busca apretar más a los que ya pagan”. Dos de los tres ejes buscan ampliar la base tributaria formalizando y persiguiendo la evasión y elusión. El tercer eje tiene como objetivo hacer un poco más justo el sistema tributario peruano, haciendo que paguen más quienes más ganan. Allí apuntan medidas como la modificación del impuesto a la renta de los alquileres y aumentar las tasas del impuesto especial a la minería cuando los precios de los minerales están muy altos (como hoy).

La presidenta de la Comisión de Economía del Congreso ha anunciado que debatirán el pedido de facultades legislativas el 10 de diciembre, pero que no aprobarían todo.

Esperemos que el legislativo esté a la altura del reto de construir un sistema tributario más eficiente y justo.