Alianza en ciernes
“Una ventaja para el centro es que con Castillo en Palacio y Vladimir Cerrón acariciando una candidatura desde ahora, hay pocas posibilidades de un nuevo triunfo para la izquierda en las próximas elecciones generales”.
El centro-derecha y Pedro Castillo han terminado juntos en un escenario anti-vacancia que aún necesita ser mejor definido. El entendimiento, rumoreado al grado de atribuirle un nuevo gabinete, no se concretó. Pero la votación del martes pasado demostró en los hechos su conveniencia frente a la presión de los extremos sobre el gobierno.
Las dos votaciones de confianza a sendos gabinetes demostraron la importancia del centro, pero convencieron a Castillo a medias. Tomó distancia de su ala radical, pero mantuvo la convicción de que podría hacer un gobierno de izquierda sin atenuantes. Mucho va a depender de la lectura que haga Castillo de lo sucedido ahora.
Una revisión del clima que precedió a la pasada votación muestra que el centro-derecha salvador no estaba totalmente convencido. Todavía hay dudas sobre si ella votó por Castillo o solo contra las posibles consecuencias de que se mantenga fuerte la cruzada por la vacancia. Aunque lo parezca, los dos impulsos no son lo mismo.
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El primer impulso está más sintonizado con una operación de salvataje, que consistiría en ayudar a que Castillo haga un gobierno viable, con menos peligros, sombras y tropiezos. Solo así podrían cobrar algo de sentido sus deseos de hacer algunas necesarias cosas izquierdistas y efectivamente populares a lo largo de su gestión.
El segundo impulso tiene que ver con el propósito centrista de acalambrar la iniciativa política de la extrema derecha, y complicarle su avance hacia las elecciones del 2026. Apoyar a Castillo en votaciones claves e impedir que su gobierno se desmorone han venido siendo el precio de ese reflejo estratégico.
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Una ventaja para el centro es que con Castillo en Palacio y Vladimir Cerrón acariciando una candidatura desde ahora, hay pocas posibilidades de un nuevo triunfo para la izquierda en las próximas elecciones generales. Incluso las encuestas de aprobación vienen sugiriendo que el voto regional por Perú Libre este año se ha venido reduciendo.
Por otro lado, la cruzada de la extrema derecha apoyada en errores del gobierno no va a terminar. El acercamiento Castillo-centro va a fortalecer su imagen de verdadera oposición, que ciertamente lo es. Dependerá del tino de Castillo quitarles fuerza a esos argumentos, dentro y fuera del Congreso. Que ayude un poco a sus salvadores.
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