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Ómicron

“Cada vez más la pandemia se va perfilando como un asunto de dos o más escenarios epidemiológicos paralelos: los que se resisten a partir y los que acaban de llegar”.

La palabra del título es la más reciente en el ya abundante léxico de la pandemia. La cepa detectada en Sudáfrica obliga, como todas estas apariciones, a volver al tablero de diseño para buscar soluciones. La infección es africana, y ya se ha extendido a varios países. Anteayer dos casos en Canadá han marcado su ingreso a América.

El problema se suma a los que ya existen en el combate a las cepas conocidas, y debilita todavía más la idea de que las cosas están bajo control. Cada vez más la pandemia se va perfilando como un asunto de dos o más escenarios epidemiológicos paralelos: los que se resisten a partir y los que acaban de llegar.

El especialista Mateo Prochazka nos invita a mirar “la emergencia de estas variantes en el sur de África como la interacción de dos pandemias mal atendidas (COVID sin vacunas + VIH/SIDA sin acceso a tratamiento)”. También ve la aparición de ómicron como una “consecuencia de la inequidad en la vacunación a nivel mundial”.

La única noticia relativamente buena en este panorama la ha dado Angelique Coetzee, directora del laboratorio sudafricano donde se detectó la cepa: “La nueva variante Ómicron del coronavirus resulta en una enfermedad SUAVE, y ocurre SIN síntomas prominentes”. Sin embargo, la investigación continúa.

Mientras tanto, las cepas conocidas siguen generando nuevas olas de infección en el mundo. Esto, más el ómicron, está produciendo un nuevo zafarrancho de combate en las comunicaciones mundiales, afectando el transporte y varias fronteras. Las bolsas de valores están reaccionando a la posibilidad de un nuevo ciclo de parálisis económica.

Así, el panorama de la pandemia se ha fraccionado en diversos problemas concurrentes: la desigualdad mencionada por Prochazka, la resistencia a la vacunación en parte de la población, las nuevas olas difíciles de explicar, las mutaciones del virus y las secuelas de patología producidas por los episodios de infección (covid largo).

En el Perú la situación es positiva, en la medida que las cifras de contagio y fallecimiento tienden a la baja (con unos leves repuntes en estas semanas), y la vacunación mantiene un buen ritmo. Pero la escena mundial no dice que nada está garantizado. El 2022 seguirá siendo un año de preocupaciones epidemiológicas.

La República

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