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La tercera ola

Peligrosa escalada de contagios de la COVID-19 nos obliga a reforzar protocolos de distancia y mascarillas.

Un mal escenario para un nuevo rebrote del virus de la COVID-19 resulta el mes de fiestas navideñas, inicio del verano, tráfico intenso de pasajeros y reapertura cada vez mayor de negocios y servicios en las ciudades. Reconociendo que el contexto no es el mejor, urge que se vuelvan a reforzar las medidas de protección personal como doble mascarilla y distancia social, como armas básicas para enfrentar una potencial tercera ola.

Un elemento clave en la ecuación sanitaria es la vacunación a toda máquina, con una inyección de refuerzo a quienes hayan cumplido cinco meses de recibida la segunda dosis. Esta medida que se estaba dando para quienes tienen más de 65 años de edad ahora se generaliza y se convierte en una campaña que busca garantizar inmunización suficiente para los mayores de 18.

¿Hay una explicación oficial para la urgencia de reforzar a la población objetivo lo más rápido que se pueda? Sí, hay una variante multimutante, ómicron, que se está extendiendo rápidamente por las regiones más pobres y menos vacunadas al sur de África. Europa ha reaccionado con nerviosismo por la velocidad de los contagios, y está cancelando vuelos y cerrando fronteras ante el peligro. Austria ha ordenado el confinamiento de sus connacionales. Francia y España han restringido ingresos y vuelos de ocho países de África, mientras Alemania ve con preocupación el aumento diario de los infectados y la saturación de sus hospitales.

La caída de las bolsas y del precio del crudo, por esta nueva ola pandémica, son efectos provocados por ómicron, que se está volviendo dominante en Sudáfrica y es una variante con más peligro de reinfección que las anteriores cepas de la COVID-19.

Los científicos del Instituto Pasteur han establecido que los no vacunados contagian cuatro veces más que los vacunados. En el Perú, vamos a alcanzar el 65% de inmunizados con dos dosis. Sin embargo, son ocho regiones del país con 11 provincias que están en nivel de riesgo alto. Además de las labores propias de la contención sanitaria para evitar la tercera ola de contagios, es urgente reforzar las medidas básicas personales para evitar la transmisión: distancia social, lavado de manos y uso correcto de doble mascarilla. Y hay que evitar los tumultos navideños, que pueden resultar siendo una bomba de tiempo.