Mirtha Vásquez con novedad en los frentes
Premier enfrenta batallas en los frentes externo e interno.
Es muy difícil ser presidente del consejo de ministros y tratar de hacer el trabajo con responsabilidad, como lo puede testimoniar Mirtha Vásquez, si se tiene que pelear batallas simultáneas en los frentes externo e interno.
En el externo, el gabinete enfrenta las dificultades propias de un gobierno sin mayoría en el congreso, y donde el respaldo es escaso pues no cuenta ni con el apoyo de la iracunda bancada de Perú Libre que, con frecuencia, pone contra las cuerdas al gobierno.
En el resto de agrupaciones políticas existe, también, distancia y hasta encono, como es el caso de las de derecha –Fuerza Popular, Avanza País y Renovación– en donde se perciben intentos por la vacancia del presidente.
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Pero, por ahora, el principal entusiasta por la demolición del gobierno no está en el frente externo, sino en el interno, y parece tener nombre y apellido: Pedro Castillo, cuyo comportamiento desconcertante e ideas zigzagueantes aportan un entusiasmo por el caos y el desorden que parecen propios de un sainete mediocre, que no produce risa sino lástima por su impacto en el oscurecimiento de la perspectiva peruana y de sus ciudadanos.
Es entre esos dos frentes que debe moverse la premier Vásquez, a la cabeza de un gabinete de libres pensadores, sin un mínimo de orden básico, en donde cada integrante no se siente parte de un equipo, sino solistas de un coro cada vez más desafinado y estrambótico.
Pero el responsable principal del ruido es el presidente Castillo, quien habla muy poco y, cuando lo hace, solo mete la pata, pues no guarda relación con lo que están diciendo los ministros principales, y parece, como cabra que tira al monte, refugiarse en el ideario y plan de sociedad de orientación comunista escrito por Vladimir Cerrón.
Sin estabilidad en el frente interno, es muy difícil que la premier Vásquez pueda enfrentar a un frente externo complicado, y eso puede llevar a su fracaso, incluso si llega a obtener la confianza del congreso que el propio presidente Castillo se encarga de enredar.
¿Eso ocurre por confusión intelectual del presidente o por una posición radical-anquilosada? Quizá sea por una combinación de ambas, pero será difícil sostener un gobierno así por 57 meses más. Castillo debe ordenarse.
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