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Melissa, Rodrigo y el espectáculo machista de la infidelidad

La presunta infidelidad de una mujer es una tragedia, una deshonra, una falta a la moral, mientras que la del hombre es un hecho anecdótico sin más.

Cuando apenas terminábamos de procesar el caso de supuesta infidelidad del futbolista argentino Mauro Icardi con la actriz, también argentina, Eugenia ‘China’ Suárez, un nuevo suceso en la farándula local nos hizo regresar los sentidos a nuestro país.

Otra pareja suena ahora. Y aunque él también es futbolista y ella actriz, el caso tiene una variable: es la mujer la que fue expuesta presuntamente siéndole infiel a su pareja. Se trata de Rodrigo Cuba y Melissa Paredes, quien en menos de 24 horas desde que fue emitido el ampay, ya recibió ataques machistas, memes sexistas y misóginos, transmisiones en vivo en redes sociales y hasta hizo un pronunciamiento en primera persona y en televisión abierta.

¿Por qué? ¿Cuántos ampays o escándalos de personajes públicos varones: futbolistas, actores, cantantes, etc., hemos visto sin que nada más haya sucedido? ¿Vimos al ‘Loco’ Vargas sentado en algún programa explicando su vinculación con Tilsa Lozano? No. Fue ella quien se sentó a contar, detalle a detalle, toda su relación con el deportista. ¿Acaso Jefferson Farfán fue consultado hasta el cansancio por su relación con Yahaira Plasencia? No. Fue ella quien habló públicamente sobre su romance.

Porque siempre son ellas las que tienen que dar explicaciones o las que sienten que tienen que darlas. ¿Alguien se ha preguntado si Anthony Aranda, el bailarín con el que ha sido vinculada Melissa Paredes, tiene pareja? ¿si tiene hijos? No. Porque la supuesta infidelidad es de ella y ella sola. Los medios presentan el caso así y las, los lectores así lo interpretan. Y esa representación inclina la balanza, como en todo, siempre hacia el lado masculino.

Cuando los hombres son infieles es motivo de risa, de ‘chacoteo’, de ‘qué vivo’, ‘qué grande’. El actor y cantante Christian Domínguez es prueba de esto. Se suele hasta bromear con su caso en el espacio televisivo que conduce, el mismo en el que Melissa Paredes y otra compañera, Ethel Pozo, aparecieron llorando. Porque la infidelidad de una mujer es una tragedia, se trata como una forma de deshonra, de falta a la moral, mientras que la del hombre es un hecho anecdótico sin más. El ampay le cuesta las carreras a muchas mujeres artistas, pero a ellos los eleva.

“Solidaridad con Rodrigo Cuba”. ¿Y quién se solidariza con Melissa Paredes?, que ha sido expuesta como el punching bag del momento, quien tiene que afrontar un error o situación íntima recibiendo ataques en los medios y en las redes. “A Melissa no la han ampayado caminando por la calle de la mano. Han invadido su privacidad. No se ha expuesto, la han expuesto”, dijo Mariella Zanetti, cuestionando los recursos para obtener primicias del espectáculo que tanto hemos aceptado y normalizado como sociedad, pero que en casos como este sirven para entender que una información obtenida vulnerando la intimidad puede afectar a una familia entera.

Hay que empezar a visibilizar el señalamiento gratuito hacia las mujeres por sus actos, y más cuando no son temas de interés público. Porque no, “el público no tiene derecho a saber”. El público tiene derecho a recibir no solo información responsable, sino también un contenido que no promueva el machismo y la misoginia.

El foco debería estar más en los medios y en las redes, así como en sus formas de comunicar y responder. La manera en que estos representan y reaccionan a casos de infidelidad, acoso o violencia entre personas del espectáculo importa. No son temas superficiales. Porque a través de ellos también se educan niños, niñas y adolescentes en el funcionamiento de la sociedad: aprenden que, en casos como el de la ‘China’ Suárez, la mujer es la ‘robamaridos’, la ‘rompehogares’ y en el de Melissa Paredes, ella es la “mala”, la que no pensó en su familia, la señalada. Y de los hombres, nada. Situaciones como estas, con varones protagonistas, hay por montones. Y no solo en supuestas infidelidades, sino con acusaciones de violación y acoso sexual. Pero a ellos solo los vemos de presentadores, de actores, de estrellas.

Porque parece que el beneficio de la duda vale para un actor acusado de acoso y violencia sexual, pero una actriz que, como Melissa, da la cara en televisión abierta (por el motivo que sea) es señalada, cuestionada y atacada.

Lucia Solis Reymer

Casa de Brujas

Periodista y editora de género en Grupo La República. Licenciada en Comunicación y Periodismo por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y máster en Estudios de Género por la Universidad Complutense de Madrid.