Cronograma de retiro AFP, según José Luna

Ningún apoyo al Gobierno

“Más temprano que tarde Cerrón tenía que supeditarse a Castillo o romper con él. El manejo ambivalente de la ruptura que está haciendo, en sus tuits y en su comunicado, sugiere que todavía piensa que podría asustar a Castillo y traerlo de vuelta al redil ultra”.

La ruptura de Perú Libre con Pedro Castillo significa un paso a la oposición franca contra un gobierno al que califican de centro-derechista. Esto viene con un nuevo anuncio de que no le darán la confianza al gabinete Vásquez, y la expulsión de hecho de las dos ministras de PL que lo están integrando.

Por algún motivo Vladimir Cerrón tuitea que no han pasado a la oposición al gobierno (“que quede bien claro”), sino a “las ONG norteamericanas que han capturado al gabinete”. ¿Quiere decir que no se consideran opositores a lo que llaman un gobierno de centro-derecha? ¿Por qué le cuesta tanto reconocerse como opositor a Castillo?

Con esto la bancada de Cerrón se reduce a casi la mitad, y debemos suponer que una parte fuerte de su nueva labor opositora será contra los parlamentarios de Castillo, a los que PL acusa de estar formando un partido propio. Todavía no se sabe qué partido tomarán los cinco parlamentarios de Juntos por el Perú.

Se añade melosamente que “Esto no implica una colisión política, sino un reordenamiento estratégico, para asegurar las buenas relaciones”. ¿Reordenamiento de qué? ¿Para mantener las buenas relaciones con quién? ¿No habrá habido algunos centro-derechistas entre los redactores? ¿Cuál es el concepto PL de una coalición política?

Para Mirtha Vásquez el comunicado de PL es una buena noticia, que en cierto modo le asegura el voto de confianza en el Congreso. Además estos nuevos ataques de PL le abren un margen de maniobra más amplio del que tenía. La acusación de centro-derechismo en las actuales circunstancias no significa casi nada en la política nacional.

Es interesante advertir el llamado a que los afiliados de PL no acepten determinados cargos públicos, “pese a que los militantes legítimamente lo merezcan”. Cargos públicos han sido una parte de la madre del cordero desde que comenzó el gobierno. Suponemos que este auto-veto significa que los partidistas ya nombrados deben renunciar. Veremos.

Más temprano que tarde Cerrón tenía que supeditarse a Castillo o romper con él. El manejo ambivalente de la ruptura que está haciendo, en sus tuits y en su comunicado, sugiere que todavía piensa que podría asustar a Castillo y traerlo de vuelta al redil ultra. Pero si ese es el propósito, da la impresión de que al pretencioso caudillo se le ha pasado la mano.

La República

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