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La 76ª Asamblea de la ONU

“La Asamblea no es una oportunidad para la toma de decisiones, sino más bien para declarar principios y puntos de vista sobre los temas más diversos”.

También este año la Asamblea General de la ONU es principalmente sobre covid-19, y lo que el mundo precisa para combatirlo. Pocos jefes de Estado se han privado de hacer llamados a más equidad en la distribución de las vacunas. En esto el mandatario peruano, con su pedido de una liberación de las patentes, se ha sumado a una corriente amplia.

Al lado de los llamados a una cruzada epidemiológica más decidida y eficaz, hemos escuchado las habituales justificaciones de los mandatarios sobre su actuación en general. Para ellos la Asamblea ha vuelto a ser la ocasión de salirles al frente a las críticas, dentro y fuera de sus respectivos países.

¿Escucha el mundo a estos presidentes y primeros ministros? En algunos casos sí, pero en los temas de más calado la atención siempre está más puesta en las citas cumbres de las grandes potencias. Un político debe llevar un mensaje realmente dramático para captar la atención mundial en medio de la avalancha de discursos.

Sobre covid-19 no ha aparecido nada más estimulante que una preocupada constatación del problema en la desigualdad del acceso a la vacuna. Donde ha habido más avance es en las posturas, con un halo de compromiso, de China y los EEUU sobre el cambio climático, finalmente reconocido como una amenaza muy a las puertas.

A pesar de que se le suele definir como un debate, la Asamblea no es una oportunidad para la toma de decisiones, sino más bien para declarar principios y puntos de vista sobre los temas más diversos. También para dejarse ver, como una muestra de buena salud política y atención al escenario internacional.

Para un mandatario nuevo como Pedro Castillo la Asamblea ha funcionado más o menos como uno más de sus bautizos. Llegar a ese podio tiene algo de reconocimiento, y las citas paralelas con los organismos multilaterales más influyentes tienen el valor de una carrera corta en gobernabilidad. Todo ciertamente muy positivo.

Todavía no sabemos qué conclusiones sacará Castillo de su viaje (México, EEUU, la ONU), pero quizás eso irá apareciendo en sus decisiones. Para sus críticos desde la izquierda, la gira ha producido irritación y silencio. Quizás no lo querían ver tan presidencial, ni practicando un izquierdismo tan calculado.

La República

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