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EE. UU.: todo tiene su final

“Sin embargo, la peor derrota la tienen en casa. Los 600 mil muertos por la pandemia, no solo por el irresponsable manejo de Trump, sino por la magnitud del movimiento antivacunas”.

La humillante derrota de Estados Unidos y de sus fuerzas aliadas de la OTAN en Afganistán es la expresión más visible de un país cuyos cimientos no pueden sostener más su poder hegemónico. Después de veinte años de presencia militar, no solo no pacificó el país, sino que se sumó a las potencias que en el pasado huyeron derrotadas de ese país: el Imperio Británico y la Unión Soviética. La granada le ha estallado a Biden, pero fue Donald Trump quien, en febrero de 2019, firmó el Acuerdo de Doha con los talibanes —y no con el gobierno oficial— cuyo presidente Ashraf Ghani huyó del país tan pronto se inició la retirada. El resto de la historia es conocida: los talibanes tomaron el control del país en once días.

El legado de la presencia estadounidense no solo son las modernas armas y pertrechos de guerra en manos de los talibanes, sino un deterioro en la calidad de vida de la mayoría de la población que no se benefició de la modernización concentrada en algunos sectores de los centros urbanos. Afganistán es el país más pobre de Asia, que pasó de 38% a 70% durante la ocupación. En 2001 el país se encontraba en el puesto 161 en el Índice de Desarrollo Humano, mientras que en el 2019 se ubica en el puesto 169. Este índice se calcula teniendo en cuenta la esperanza de vida al nacer, la alfabetización y el PIB per cápita y lo sitúa al nivel de Haití y los países más pobres de África. La producción y consumo de amapola y sus derivados, heroína y morfina se han incrementado en 37%, a vista y paciencia de la CIA. El sector beneficiado con esta guerra es, sin duda, el complejo militar industrial. El gasto militar anual de Estados Unidos, más de 770 mil millones de dólares, es mayor que la suma del de los cinco países subsiguientes combinados.

La derrota estadounidense trasciende Afganistán. Guardando las distancias, su estrategia para restablecer la convivencia democrática en Venezuela también ha fracasado. La asfixia económica y la imposición de un presidente paralelo han sido reemplazadas por una salida fuera de la OEA, del Grupo de Lima y del Grupo de Contacto Internacional para Venezuela. Se trata de una negociación entre venezolanos con la mediación de Noruega en territorio mexicano. El 31 de agosto la Plataforma Unitaria de Venezuela —que aglutina a la oposición— anunció a la comunidad internacional su participación en el proceso de elecciones regionales y municipales del 21 de noviembre de 2021, lo que representa un paso importante en la solución a la crisis. Las conversaciones continuarán en México este fin de semana.

La Cumbre de las Américas, iniciativa del gobierno de Bush lanzada en 1994, ha sido postergada para 2022 en un comunicado publicado el 12 de agosto. En estas reuniones trianuales que convocan a los presidentes del continente, con excepción de Cuba, le correspondía a Estados Unidos el papel de anfitrión en 2021. En este escenario, la Cumbre presidencial de la Comunidad de Estados de América Latina y del Caribe (CELAC) que tendrá lugar el 27 de setiembre abre posibilidades para retomar una agenda regional.

Sin embargo, la peor derrota la tiene Estados Unidos en casa. Los 600 mil muertos por la pandemia, no solo por el irresponsable manejo de Trump, sino por la magnitud del movimiento antivacunas, ha determinado que solo 50% de la población, de ese país, esté vacunado. Mientras que países como Uruguay y Chile, o los de la Unión Europea, ya han vacunado al 70% de su población mientras la variante delta está causando estragos en varios estados del país.

Entre tanto, los gobiernos de Rusia y China acordaron el 28 de agosto que no intervendrían en los asuntos internos de Afganistán, que no pensaban enviar fuerzas militares, que observarían atentamente las amenazas de terrorismo y el tráfico de sustancias ilícitas y que actuarían en lo posible en el marco de la Organización de Cooperación de Shanghái, asociación multilateral con el fin de garantizar la seguridad en la región de Eurasia.

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La República

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