Triunfo pírrico

La exposición del jefe del gabinete Guido Bellido ante el pleno del Congreso para solicitar el voto de confianza brilló por su pobreza y grisura. Salvaron la faena los ministros Pedro Francke (de Economía) y Juan Cadillo (de Educación) con propuestas concretas y necesarias para sus sectores. De Salud y Relaciones Exteriores, en cambio, no se conocieron las medidas previstas para garantizar que lleguen a tiempo las dosis de vacunas contra la COVID-19 pactadas con los laboratorios que las producen o con sus gobiernos.

Sin embargo, Bellido y algunos dirigentes de Perú Libre han considerado un triunfo el voto de confianza. Olvidan que en la medición del respaldo al primer ministro no cuenta solo la determinación del Legislativo, sino también lo que han dicho los peruanos en las últimas encuestas de opinión pública. Y así tenemos que según el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), el 79% de encuestados pedían cambios en el gabinete ministerial. En Ipsos, el 59% desaprobaba a Bellido. Es la calle, a la que tanto pretenden apelar los dirigentes de Perú Libre, la que empieza a hablar contra ellos.

Con estos indicadores, el presidente Pedro Castillo debe tener presente que el país espera las acciones de su gobierno para solucionar de una vez los tres problemas vitales que enfrentan los peruanos: la llegada de la tercera ola de la COVID-19, que además amenaza con la nueva variante delta; el empobrecimiento de los hogares por falta de empleo y el incremento del precio de algunos alimentos básicos; y los asaltos a mano armada que suceden todos los días.

El triunfo pírrico obtenido por el gabinete Bellido no debe hacer que el mandatario pierda la perspectiva de los verdaderos problemas nacionales.