ONP, mayo 2024: cronograma de pagos

Malas decisiones

Nuevos funcionarios públicos nombrados por cuestionados ministros no cumplen mínimos requisitos.

La función pública es una labor que demanda, además de gran solvencia profesional, una irreprochable conducta funcional y personal. No se trata solo de un puesto de trabajo al que acceder para ganar dinero, hay que tener una enorme vocación de servicio y una foja impecable para superar la revisión escrupulosa de medios y opinión pública.

La meritocracia que se trata de mantener en el sector público sirve para garantizar buenos técnicos o funcionarios con la experiencia necesaria para mantener en movimiento el enorme aparato estatal. Si se toman malas decisiones en el sector público, se afectan a millones de personas que dependen de la vacuna, o del desayuno escolar, o del pago del bono, por ejemplo.

Recordar el nivel de responsabilidad que recae en cada funcionario público es fundamental en esta coyuntura, en la que hemos visto una sucesión de malas decisiones en nombramientos y designaciones. Es inconcebible que personas designadas ahora en los puestos públicos de gran relevancia, o carecen de formación profesional o experiencia adecuadas, o presenten registros de antecedentes por actividades ilícitas o inmorales. Y esta cadena de errores ha empezado con la designación de ministros de Estado que no reúnen los requisitos mínimos.

Quizá el caso más paradigmático sea el de la joven abogada Natalia Jiménez Velásquez, nombrada como directora de Provías Descentralizado, en el MTC. Con título obtenido en el 2019 y sin experiencia en el sector público, tenía el encargo de manejar un presupuesto que bordea los 6 mil millones de soles por la gigantesca obra pública que representa la construcción y reparación de carreteras y caminos comunales.

La Contraloría de inmediato puso el grito en el cielo por la designación de la joven profesional y el MTC tuvo que dar marcha atrás y nombrar a un funcionario con más kilometraje a cargo de un puesto tan delicado y de tanta responsabilidad funcional. Y esos cambios y recambios se están presentando en todos los sectores.

¿Quién gana y quién pierde en esta reiteración de malas decisiones para designar a los funcionarios públicos que empezó con la elección errada de algunos ministros? En primer lugar, el presidente Castillo, que pierde su cuota de respaldo popular con cada mala decisión. El propio Gobierno, que está dando claras muestras de improvisación. El partido político Perú Libre y su líder Vladimir Cerrón, a quien le están corrigiendo la plana a cada paso por sus malas recomendaciones. Y la ciudadanía, que además de la sensación de inestabilidad que se está volviendo endémica, va a ser directamente afectada con funcionarios que no dan la talla necesaria para realizar una buena gestión.