Las herramientas de la democracia
El premier Bellido cercado por pedidos congresales de destitución.
Hay varias infracciones que pesan sobre el actual primer ministro, Guido Bellido, y que hacen peligrar su continuidad, mientras el presidente Castillo calla y otorga, y deja extenderse el clima de inestabilidad política y, sobre todo, económica.
Es potestad del Congreso interpelar al primer ministro por haber designado junto con el presidente a Juan Carrasco, fiscal en ejercicio, como ministro de Justicia y haber cometido una omisión a la Ley de Transparencia. Este control político, que es tarea irrenunciable del Parlamento, se puede cumplir sin necesidad de haber llegado a procesarse el voto de confianza al gabinete.
En este contexto, es muy importante la posición adoptada por el Partido Morado, que, inmediatamente elegido Bellido, planteó su discrepancia y pidió la separación inmediata del primer ministro nombrado por Castillo. Flor Pablo, vocera, es enfática en su exigencia de separación del primer ministro y la pronta reestructuración del gabinete, buscando una representación de más ancha base que garantice gobernabilidad.
¿Por qué es importante la posición del Partido Morado? Porque no tiene ninguna alianza con el Gobierno de Castillo, y porque representa votos que, sumados a la oposición, podrían hacer la diferencia entre la vacancia y la continuidad del Gobierno. Su respaldo se basó en la promesa democrática de cambio en el marco de la legalidad y sin exabruptos. Rota la promesa, solo queda la demanda de rectificación.
En tanto, algunos ministros no superan la valla mínima de requerimientos éticos y profesionales y sus CV muestran la precariedad de su designación. Es por ello que en el sistema judicial ha ingresado un pedido de hábeas corpus que solicita la nulidad de la designación de dos de ellos, Guido Bellido e Iber Maraví. Mientras el primero arrastra investigaciones por apología del terrorismo y por terrorismo, el segundo, nombrado ministro de Trabajo, es acusado de tener vínculos con el Movadef, organización que funcionó como fachada de SL.
El propio Congreso puede hacer suya la necesidad de salvaguardar el Estado de derecho, el orden constitucional, la seguridad territorial y el orden interno; todos ellos puestos en peligro por el terrorismo, enemigo natural de la paz y el bien común. Estas son algunas de las herramientas que brinda la democracia.
