Históricas

La historia del Perú tiene a mujeres extraordinarias que pueden inspirar, con su obra y legado, a las infancias, adolescentes, mujeres, varones y diversidades de todas las edades; y pueden hacerlo aunque no sean aplaudidos sus talentos y luchas, aunque sus nombres no sean honrados en nuestras avenidas, plazas, billetes, instituciones, ni sus derechos sean reconocidos.

“Los” precursores, “los” héroes, “los” mártires. Nuestra historia tiene voz y rostro de hombre. Pero las mujeres no fuimos ni somos solo acompañantes, sumisas ante las injusticias. Porque ser mujer en el Perú es una gesta de independencia constante: es sobreponerse a abusos, a la violencia de género, a la indiferencia del Estado. Por las que trazaron y trazan el camino. Por las que siguen y por las que no.

Por la sacerdotisa de San José de Moro, Mama Wako, Mama Ipakura, Mama Rawa, Chimbo Urma Coya, Chinbo Mama Yachi, Raua Occllo Coya, la cacica Chanan Cuyoca, la Coya Qcory Ocllo, ejecutada tras negarse a ser cómplice de Pizarro, Tomasa Tito Condemayta, la combatiente Cecilia Tupac Amaru, Bartolina Sisa,María Trinidad Enríquez, la primera mujer universitaria peruana, María Valdizán, las hermanas María e Higinia Toledo, Ventura Ccalamanqui, Dorotea Salguero, Flora Tristán, María Nieves y Bustamante, Francisca Zubiaga, Laura Rodríguez Dulanto, la primera médica peruana, Miguelina Acosta, la primera abogada litigante, María Jesús Alvarado, Carmen Saco, Manuela Ramos, Emilia García Boniffatti, Angélica Mendoza “Mamá Angélica”, María Elena Moyano, las luchadoras Gianna Camacho, Yefri Peña, Miluska Luzquiños y en memoria de Zuleymi Sánchez, Solsiret Rodríguez, Eyvi Ágreda, Jesica Tejeda, las víctimas de feminicidios, las sobrevivientes de violencia sexual, las que mueren en abortos clandestinos, las desaparecidas.

Ninguna historia está completa sin mujeres. Que el Bicentenario sea la oportunidad de reparación que merecemos como heroínas, como representantes del país, como personas sujetas de derechos.