¿A cuánto está el DÓLAR hoy?

Amores que matan

El ala radical de Perú Libre provoca el fracaso de cualquier negociación del nuevo Gobierno.

Provoca desazón evaluar cómo pudo la principal fuerza política en el Congreso perder la posibilidad de participar o incluso liderar una lista multipartidaria para la Mesa Directiva. No dudamos en señalar que hay cierta actitud suicida y necia cuando se fuerza la derrota, en aras de una pureza ideológica que además es inviable.

Hay argumentos suficientes para sostener que no es casual esta derrota. Es más, se ha trabajado consistentemente para perder esta elección. Primero, con la incapacidad de negociación para ampliar la base política de la lista, y luego con la terquedad de mantener la prioridad de la nueva Constitución en la agenda común de las fuerzas políticas.

El resultado ha sido la derrota y además la incertidumbre para los próximos 12 meses, en los que el oficialismo tendrá que hilar muy fino, tanto en el Ejecutivo como en el Legislativo, para que cualquier iniciativa que se lance logre ser aceptada por las organizaciones políticas que están representadas en el Congreso.

Va a ser más complicado todo, la negociación, la aprobación, el acuerdo. Tenemos un período cuesta arriba para un ejecutivo que ya de por sí es sumamente débil. Y hay un bloque legislativo que ha perdido la oportunidad de hacer valer su mayoría y que, además, corre el riesgo de dividirse, producto de la desconfianza ideológica que parece embargarlos.

El secretario general de Perú Libre, Vladimir Cerrón, ha querido, una y otra vez, ”marcar la cancha” para dejar en claro quién es quién en Perú Libre. Anoche promovió una marcha para exigirle a Castillo que designe a Róger Nájar como primer ministro. Su más reciente tuit va directo a hacer obvias sus críticas a Pedro Francke, aliado estratégico del partido del lápiz. No son las únicas intervenciones del dirigente de Junín en ese sentido.

Señalar que existe “un Congreso oficial y otro real, que está en las calles”, nos obliga a preguntarnos, ¿entonces, para que candidatearon, si el Parlamento no tiene importancia? O cuando señala que una encuesta que mide la opinión pública es el intento de imponerles una hoja de ruta. Parece no querer entender que la opinión de la población es la base de las buenas decisiones políticas.

La congresista oficialista Betsy Chávez ha dado en el blanco al señalar que “el país no es una organización política”. Habría que agregarle que Perú Libre no hubiera ganado ni un escaño sin la candidatura de Pedro Castillo y que si Cerrón logra hacer estallar al Gobierno desde dentro, entonces habrá ganado la prédica violenta y petardista, que rechazamos.