Precio del dólar hoy, miércoles 24 de abril

Un laberinto a la medida

“La insistencia de Castillo en una nueva Constitución parece algo más que el deseo de cumplir una promesa electoral. No parece verla como una simple rectificación de vacíos jurídicos, sino…”.

La guerra política que se viene es en torno a la Constitución del Estado. Pedro Castillo parece considerar indispensable, e incluso urgente, producir una nueva. Para otros sectores la iniciativa es un real peligro para la democracia. Hay posturas intermedias, que aceptarían cambios, pero limitados y razonables.

La insistencia de Castillo en una nueva Constitución parece algo más que el deseo de cumplir una promesa electoral. No parece verla como una simple rectificación de vacíos jurídicos, sino como un recurso para ampliar vertiginosamente los márgenes de acción de su gobierno. Que le permitiría convertir su 50%+ de la segunda vuelta en un nuevo tipo de poder.

En las actuales circunstancias lanzarse a buscar otra Constitución (vía referendo o Congreso) equivaldría a propiciar un choque frontal con la derecha, y probablemente también el centro, en el país. Castillo ganó raspando la segunda vuelta, no olvidarlo, pero quizás no tenga fuerza suficiente para ganar la segunda guerra que se está buscando.

Da la impresión de que a Castillo le gustaría apurar las cosas en este tema para aprovechar la popularidad con la que llegará a la presidencia. Sin embargo, las simpatías por un cambio constitucional total son limitadas. En una encuesta Datum de hace menos de 15 días 77% se opone a un cambio completo de Constitución.

Los comentarios de muchos abogados constitucionalistas hacen notar que el camino hacia una nueva Carta Magna es bastante más complicado de lo que parece estar estimando Castillo en sus mensajes. En este caso los problemas comienzan con una sólida mayoría opuesta en el Congreso. Agendar el tema puede ser difícil con la nueva directiva.

Es evidente que Castillo imagina un proceso de decisiones sobre lo constitucional con una mayoría izquierdista. Asumiendo que se llegue a esas decisiones, nada garantiza que esa mayoría de izquierda se produzca. Sería un error contar con el voto antifujimorista que decidió la segunda vuelta como si fuera un voto por la izquierda en el nuevo escenario.

La búsqueda del cambio constitucional, como una suerte de iniciativa personal no parece una buena idea para Castillo. Bastante aislado llega a la presidencia como para meterse en un asunto tan polémico, que sobreestima el poder de la presidencia. Mejor sería buscar alguna forma de consenso, antes que un caballazo poselectoral.

La República

Los artículos firmados por La República son redactados por nuestro equipo de periodistas. Estas publicaciones son revisadas por nuestros editores para asegurar que cada contenido cumpla con nuestra línea editorial y sea relevante para nuestras audiencias.