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Basta ya

Hay un intento de desestabilizar nuestro país y la democracia.

El recuento de votos desde el mismo 6 de junio estuvo sometido a un permanente estrés de reclamos y demandas de anulación, reconteo, auditoría y hasta pedido de nuevas elecciones. Ayer, cientos de personalidades peruanas firmaron y publicaron en este diario un comunicado en el que señalan que nos enfrentamos a una intentona desestabilizadora que busca menoscabar la voluntad popular, expresada en los votos, y reclaman “¡Basta ya!”.

El camino desestabilizador empezó primero con denuncias de fraudes masivos en locales alejados de zona rural. Se mencionaron firmas no coincidentes si se comparaba el DNI, actas fraguadas porque era imposible no tener ni un solo voto y miembros de mesa suplantadores. Cada caso se vino abajo tras su documentado desmentido.

Los reclamos se siguieron sucediendo vertiginosamente mientras las marchas, los plantones y los ataques contra autoridades electorales y personalidades del mundo periodístico, cultural y político enrarecieron el ambiente, cada día más hostil.

Los abogados de Keiko Fujimori escalaron hacia otro tipo de ofensiva: la presentación de demandas de anulación de 200 mil actas que favorecían al contendor Pedro Castillo, el objetivo era revertir el resultado con argumentos propios del jirón Azángaro.

Entonces, la hostilidad se dirigió a los magistrados del JNE dirigidos por Jorge Salas y también contra el jefe de la ONPE, Piero Corvetto. A esa altura, todos ellos eran cómplices del fraude masivo a favor de Castillo. Un magistrado del JNE vinculado a los “Cuellos Blancos” quiso abrir una ilegal puerta para hacer entrar demandas extemporáneas y sin el pago correspondiente.

Lourdes Flores aportó su cuota de desestabilización, y apuntó una distorsión estadística que sostenía su teoría del fraude, hasta llegar al extremo punible de gritar “ladrón” a Piero Corvetto, ayer, en pleno mitin. En el camino, oficiales retirados de las Fuerzas Armadas, seis de ellos fallecidos, dirigieron misivas golpistas que configuran delito de sedición, con la complacencia de ciertos medios, y que ahora ventilará la Fiscalía. Coincidentemente, tras el fracaso de algunos congresistas por vacar al presidente Sagasti, pretenden ahora capturar la mesa directiva, apurar censuras y hacer cambios constitucionales exprés a casi un mes de terminar su mandato.

Ayer IPSOS, que el 6 de junio dio como resultado del conteo rápido una ligera ventaja a Pedro Castillo –diferencia que hasta hoy se mantiene– descartó luego de un estudio ad hoc la existencia de irregularidades que alteren el resultado. Sin mayores evidencias y con cada vez más pruebas que descartan el fraude, esperemos que la ciudadanía no se preste al juego y nos preparemos para recibir democráticamente los resultados oficiales.