Una señal de concordia

Las bases de la economía de un país son como un templo: deben tener cimientos sólidos que soporten los huracanes y los temblores. Uno de esos cimientos es el Banco Central de Reserva, que otorga la estabilidad monetaria que se requiere en los tiempos actuales, marcados por el caos político debido a las elecciones y la crisis económica provocada por la pandemia.

Su rol principal en la lucha contra la inflación y para mantener la disciplina fiscal son dignos de destacarse en el modelo peruano. En los últimos 20 años, esta estabilidad ha permitido que el país crezca disciplinadamente en beneficio de millones de peruanos. Sin embargo, ha sido la primera y la segunda ola del coronavirus lo que evidenció las carencias del modelo económico construido sobre estos cimientos, sobre todo en materia de salud pública.

Hay muchas discusiones y acuerdos que se tendrán que dar en los próximos meses, mientras se ajusta el rumbo del país para los próximos cinco años. El rol del Estado, la inversión pública, las relaciones comerciales, los contratos con las transnacionales, es decir, el conjunto de pilares que conforman la economía y que pueden significar un cambio de modelo económico, estarán en debate.

Por ello resulta necesario, a nuestro entender, que esta discusión se lleve a cabo sobre bases económicas sólidas, que no pongan en riesgo lo avanzado en las últimas dos décadas. En ese ámbito, las primeras señales de estabilidad y de concordia nacional para ir resolviendo el caos en que nos encontramos deberán consistir en el respeto a la autonomía y a la garantía de los mejores especialistas frente al ente emisor.

Julio Velarde, el actual presidente, cumple con autonomía y eficacia la función desde setiembre del 2006 y se ha mantenido en los gobiernos de Alan García, Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra y en el gobierno de transición de Francisco Sagasti. Ha sabido mantener la estabilidad pese a la crispación política y la pandemia.

Aunque ha anunciado su deseo de no continuar al frente del BCR, la sola decisión por parte de los candidatos de otorgar la confianza a la buena gestión en el BCR creemos que será bien aceptada por su actual presidente y los mercados, que esperan señales claras del rumbo económico peruano, pese a los vaivenes de la lucha política.