¿Volverán los días fríos en Lima? Senamhi aclara

Entre el escepticismo y la esperanza

Y así fue como, un buen día, llegamos a una elección así.

Hoy acaba una segunda vuelta que nunca debió ocurrir, y mañana empieza un período incierto que, ciertamente, no pinta bien, aunque jamás hay que perder la esperanza.

Nunca debió ocurrir porque enfrentó a dos de los peores candidatos del menú 2021 –que tampoco era muy bueno– en una batalla polarizante que dividió al país, descalificando al que pensaba distinto, y dinamitando el diálogo como pocas veces sucedió, pues la mayoría optó por la defensa ciega de uno de los dos postulantes que en la primera vuelta no generaron entusiasmo, pero se colaron, por azar, a la siguiente.

Por más que la legítima y comprensible defensa de la perspectiva económica del país y de las familias pueda justificar el respaldo de unos, Keiko Fujimori enfrenta juicios por corrupción y, para no hablar del gobierno del padre, en el lustro pasado ella demolió la institucionalidad, lo cual la debilita para después merecer la presidencia, aunque hoy lo reconozca y pida perdón.

Por más que unos lo justifiquen por su gran y muy valiosa capacidad de conectar con los pobres, Pedro Castillo carece de experiencia en asuntos públicos y no oculta que lo más probable es que su gobierno sea un despelote, con riesgos de autoritarismo, lo cual eleva el costo para salir del fujimorismo.

Pero seguramente ‘esto’ tenía que suceder un día, tras tantos años de progreso, pero con grietas profundas por la muy desigual incorporación a los beneficios, lo cual se escondía abajo de la alfombra, y por la mediocridad subdesarrollada de las dirigencias políticas.

La pandemia aceleró la explosión, produciendo una crisis social: la mayor cantidad de muertos per cápita por pandemia del mundo; económica: una de las peores caídas del PBI; y política: colapso de la credibilidad y representatividad de quienes debieran liderar el Perú en vez de descarriarlo con frenesí.

Esto iba a ocurrir de todos modos un día, así que ojalá que el desenlace tan apretado que se prevé hoy lleve a que, gane quien gane, se pueda ver luz al final del túnel, que Fujimori cumpla lo que comprometió o Castillo recapacite y no haga lo que ofreció. Es un buen deseo de esta pequeña columna cargada de escepticismo, pero que nunca pierde la esperanza de lograr, pese a todo, un futuro mejor en el Perú.

Newsletter Augusto Álvarez Rodrich en LR

Suscríbete aquí al boletín de Augusto Álvarez Rodrich en La República y recibe en tu correo electrónico, todos los viernes, las ediciones de su programa “Claro y directo” y su columna diaria.

La República

Los artículos firmados por La República son redactados por nuestro equipo de periodistas. Estas publicaciones son revisadas por nuestros editores para asegurar que cada contenido cumpla con nuestra línea editorial y sea relevante para nuestras audiencias.