¿Veremos más debates?
Es casi imposible que un candidato se reinvente significativamente en medio de la campaña.
Quizás la próxima encuesta nos diga que el encuentro de Chota no ha cambiado mucho las cosas. Los dos candidatos se mantuvieron más o menos fieles a su discurso. Sus diferencias y sus parecidos fueron más o menos los que el electorado ya conocía. No se dijo ni sucedió nada capaz de cambiar la dinámica del juego.
Los sondeos instantáneos de diverso tamaño en los medios han sido sintomáticamente variados, y para todos los gustos. En América TV/canal N Keiko Fujimori ganó 70-30. En La República Pedro Castillo se impuso con 52%. En una encuesta en red promovida por Fernando Tuesta los candidatos quedan empatados 39-39.
Tampoco ha habido consenso entre los analistas, solo un cierto descontento con las dos performances, por estar las dos inclinadas hacia el populismo. El único entusiasmo en el ambiente ha sido el de las autoridades de Chota, muy conscientes de haber resuelto la logística de un debate que todavía el día anterior parecía imposible.
Por la naturaleza de la discusión, quizás la mayoría de los espectadores se haya quedado con la opinión que tuvieron antes. Las pullas estuvieron dentro de lo predecible, y por tanto impactaron poco. De otra parte el formato de los cinco minutos no permitió a ninguno sustentar las espectaculares promesas, que además se neutralizaron unas a otras.
Se habla de la posibilidad de más debates como el de Chota. Pero cabe preguntarse qué más podrían decir estos candidatos, un problema de los debates muy adelantados. Lo único que se nos ocurre es una reunión con más y más espectaculares promesas. De hecho, el evento en Cajamarca elevó la cota en ese género.
Las intervenciones de Fujimori desplegaron una energía de triatlonista, mientras que Castillo mostraba los efectos del encuentro con la faringitis. Pero es poco posible que esa diferencia desplace votos de un lado al otro. Para los simpatizantes de Castillo su pobre prosa oratoria será cargada a la cuenta de su extracción popular.
Así pues, casi todo lo que se percibió ya se sabía. Es casi imposible que un candidato se reinvente significativamente en medio de la campaña. Lo cual es un hándicap para ambos. Ciertamente más para Fujimori que para Castillo.
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