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La burbuja de las redes

La mayor presencia de los candidatos en redes sociales no es un factor determinante para el triunfo electoral.

Las redes en las que nos movemos no son las redes de los demás. Más bien son un espejo de nosotros mismos, nuestras relaciones. Es decir, los que piensan como nosotros y con quienes generamos empatías e interacciones.

“Lo que muestran las redes es la gigantesca diversidad de circulación de información que hay en el país… Las redes tienen su propia lógica, cierta información circula en ciertas redes…”, señala Eduardo Villanueva, especialista entrevistado en Domingo de La República, quien asegura que nos movemos en nuestra burbuja, y pensamos que somos o generamos tendencias, lo que no es así en la realidad.

El hecho de estar en redes sociales no significa que todos nos podremos ver o seguir, sino que nos van a ver nuestros públicos, aquellos más vinculados geográficamente, o porque formamos parte de asociaciones, sindicatos, clubes, con quienes mantenemos y compartimos afinidades.

Esta observación aplicada a la campaña electoral de primera vuelta nos deja algunas enseñanzas. Por ejemplo, quienes imaginaron que el crecimiento en el respaldo a las candidaturas presidenciales iba a obedecer solamente a una mayor presencia en redes sociales, se equivocaron. Así como se equivocaron quienes pensaron que si no logramos ver en nuestras redes a alguno de los candidatos es porque no tuvieron presencia en ellas.

El caso del candidato Pedro Castillo, quien ganó la primera vuelta con más de 19%, es analizado por Villanueva. No es ajeno a las redes sociales, ha sido muy activo en el Facebook y en WhatsApp, que son redes más personalizadas y provocan más confianza, porque es casi una recomendación de persona a persona. Sus públicos no tienen mucho acceso a Internet, pero eso no significa que no compartan informaciones y sean muy activos consumiendo y diseminando información.

En la otra orilla está Keiko Fujimori. Ella puede tener más de un millón de seguidores en Facebook y una cantidad similar en Instagram, pero eso no significa que ese millón está pendiente de sus anuncios o sus publicaciones.

“A la larga, lo que más pesará en el votante es lo que le digan las personas en las que más confía. Lo que definirá será la interacción con los otros y eso no requiere medios digitales”, sostiene Villanueva. Una buena reflexión para la segunda vuelta.