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Hablemos de lo importante

“La oferta electoral no me permite ser optimista. Sin equidad de género como base en la educación no creo posibles cambios para erradicar la violencia de género”.

Suele ocurrir que desplazamos lo importante por lo urgente. En términos periodísticos, la coyuntura manda. Con ese pretexto solemos dejar de lado hechos y noticias que afectan la vida de millones de personas y abordamos los grandes debates nacionales solo durante las efemérides. Ese es uno de nuestros grandes dramas como ciudadanos y error como periodistas, no soy ajena a ello, por supuesto.

Hace unas tres semanas, poco antes de la primera vuelta electoral, recibí nueva información sobre el incremento del acoso sexual callejero en nuestro país. Cifras que asustan y, pese a todas las campañas, siguen en aumento aceleradas por la pandemia. No escribí al respecto porque preferí hacerlo sobre la coyuntura electoral como si temas sociales como este nos ofrecieran algún respiro mientras estamos en campaña. Todo lo contrario.

Lamento mi decisión y me avoco en esta columna a hablar de ello. El último estudio realizado por Paremos el Acoso Callejero y Plan Internacional Perú revela que el 50,9% de las mujeres considera que el acoso sexual callejero se ha mantenido durante la pandemia, peor aún, para el 47,2% ha aumentado expresándose, principalmente, en forma de “piropos”, miradas lascivas y tocamientos indebidos.

Las mayores víctimas son adolescentes y mujeres jóvenes, siendo la calle el lugar más peligroso. Según el informe, en muchas ocasiones el acoso llega en más de una forma: además de una mirada lasciva, te tocan, aumentando el miedo y la aversión. Un dato relevante es el impacto emocional negativo que el acoso deja en sus víctimas porque limita nuestra relación e interacción con los espacios públicos.

¿Qué hacemos? Me vuelvo a preguntar. Salvo seguir en la lucha no veo otra salida. No niego que haya intentos −insuficientes aún− por resolver esta y otras formas de violencia de género, pero está claro que cuando se trata de derechos e igualdad solemos ser menos exigentes que cuando amenazan nuestros privilegios, allí se acaba la convicción para muchos.

La oferta electoral no me permite ser optimista. Sin equidad de género como base en la educación no creo posibles cambios para erradicar la violencia de género. Las normas y la mano dura son insuficientes y, muchas veces, letra muerta. Se vienen tiempos más duros para nosotras.

Patricia Montero

Palabra de Montero

Periodista de profesión. Ha trabajado en diversos medios de comunicación. Fue parte del equipo fundador de Canal N donde se desempeñó como Productora General, posición que también ocupó en ATV + participando desde la concepción del proyecto. Fue productora general del portal de noticias Espacio 360 y tiene experiencia en comunicación corporativa.