ONP, mayo 2024: cronograma de pagos

Atrapado sin salida

“Es urgente hacerles saber a ambos candidatos que, si quieren nuestro voto, se lo tienen que ganar con propuestas orientadas en ese sentido. Los estamos escuchando, pero no podemos darnos el lujo de la ingenuidad”.

La pésima traducción del título de la película basada en la novela de Ken Kesey (One flew over the cuckoo’s nest, Alguien voló sobre el nido del cuco) resulta ser un buen resumen de la situación en la que nos encontramos desde el domingo 11 de abril. Mi comentario es tangencialmente político, pues me voy a referir a la incidencia de esa disyuntiva sobre la salud mental de la mayoría. La verdad es que ya venía bien vapuleada por la múltiple crisis que estamos sufriendo.

En un círculo vicioso perfecto, una cosa llevó a la otra. Y viceversa. La desesperación, angustia y rabia de tantas personas hizo que la votación se decidiera entre un número de votantes exiguo. Los resultados, tanto en la primera vuelta presidencial como de las 10 bancadas del Congreso, nos auguran tiempos recios, parafraseando a MVLL, de quien tanto se ha hablado en estos días. Su –a mi entender– apresurado llamado a votar por Keiko Fujimori es otro ladrillo en la pared contra la que nos estamos golpeando la cabeza. Más de un paciente me lo ha dicho en estos términos: “Me siento bajoneado”.

Pues sí, es un bajón.

Del cual no solo se puede, tenemos que salir. La sociedad civil, esa que sacó a Merino y sus secuaces, en tan solo cinco días, del poder que habían usurpado, tendrá que hacerse sentir. Pero no solo en términos de salir a las calles a protestar. Otra manera constructiva de hacerlo es reconociendo que este abismo al que estamos asomados lo hemos construido nosotros a lo largo de estos doscientos años. Es como la angustia: tú la fabricas, tú puedes dejar de hacerla.

No es tan fácil, lo sé bien. Pero es lo que hay. Más que nunca, necesitamos rescatar los antídotos contra nuestros males centenarios. Cada uno de ellos (racismo, machismo, violencia de género, autoritarismo, discriminación contra los grupos LGTBI, etcétera) tiene su contraparte: respeto, solidaridad, bien común, conciencia de los privilegios propios, defensa de la democracia, etcétera.

En suma, el abismo al que nos estamos asomando es de nuestra hechura. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad trabajar juntos para cerrar esa inmensa brecha que nos llama con tanática intensidad. Es urgente hacerles saber a ambos candidatos que, si quieren nuestro voto, se lo tienen que ganar con propuestas orientadas en ese sentido. Los estamos escuchando, pero no podemos darnos el lujo de la ingenuidad.

La República

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