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El decenio de Vizcarra

“Más allá de sus pecados de la vacunación VIP, que son el motivo de su inhabilitación por 86 votos, Vizcarra lleva a cuestas haber disuelto el Congreso en el 2019”.

Inhabilitar a Martín Vizcarra a toda velocidad por 10 años no parece ser el fin de la historia para este político. Por lo pronto el expresidente piensa apoyarse en su condición de virtual congresista electo y sus 165,000 votos para seguir con una batalla legal que va a ser larga. Es clave saber si el JNE de elecciones le va a permitir juramentar inhabilitado.

Es poco probable que en este tema el próximo Congreso piense distinto del actual. Más allá de sus pecados de la vacunación VIP, que son el motivo de su inhabilitación por 86 votos, Vizcarra lleva a cuestas haber disuelto el Congreso en el 2019. Sin embargo su éxito electoral y el cambio de Congreso pueden modificar en algo el escenario.

En sus últimas semanas los parlamentarios elegidos en el 2020, gracias al cierre del Congreso elegido en el 2016, siguen con sangre en el ojo, y con un deseo de reeditar viejas glorias ya con un pie en el estribo. Tanto así que ha habido voces extravagantes y aisladas para censurar a Francisco Sagasti, e incluso de sacarlo en beneficio de Manuel Merino.

Que Vizcarra haya reunido una votación tan amplia, y que ocupe el primer lugar, simplemente resultó demasiado desafío para sus enemigos, que ya eran muchos. Entre estos figuran los partidos a los que les fue mal en la primera vuelta. Sin duda se han sacado el clavo, pero al mismo tiempo han construido un político con los recursos del victimizado.

En cierto modo si la inhabilitación pega, habrá sido como vacar a Vizcarra dos veces. Frente a la manera en que el Congreso ha arrastrado los pies en el caso de Edgar Alarcón, lo de Vizcarra expresa una verdadera furia, tiene que haberse atizado con la prueba de popularidad que ha sido la alta votación obtenida por él desde la frágil plataforma de Somos Perú.

Es muy probable que una dilatada batalla legal no será la única actividad política de Vizcarra. Si logra mantenerse en el candelero, los tiempos polarizados que se vienen podrían darle oportunidades para ejercer diversas formas de liderazgo menor, mientras espera que expire ese decenio. La opción de fundar un nuevo partido siempre está servida.

La República

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