Congreso revalorizado
“Debido a la presencia de diez bancadas diferentes, existen votos suficientes para evitar excesos de cualquier naturaleza”.
Los últimos años hemos presenciado, más que nunca, cómo el congreso le puede hacer la vida imposible al ejecutivo. Desde la aprobación de leyes contrarias a la política presidencial o viceversa, hasta la posibilidad de vacar a su representante por incapacidad moral.
Es innegable que, tanto la vacancia contra el ejecutivo como la cuestión de confianza contra el parlamento, tendrían que ser responsablemente delimitadas y reglamentadas para evitar el uso abusivo de estas dos armas tan potentes que siguen prácticamente intocadas en nuestra Constitución. Sin embargo, en las actuales circunstancias de bicentenario, nuestra mirada hacia el congreso puede ser distinta. Esta vez, los candidatos que han pasado a la segunda vuelta dan más miedo que el propio congreso, además del detalle de haber obtenido en conjunto, sumados, solo el 20% del padrón electoral. El nuevo parlamento, por tanto, sin ninguna mayoría clara, a pesar de las relativamente numerosas curules de Fuerza Popular y Perú Libre o, tal vez, precisamente por eso, se va a convertir en el contrapeso natural hacia cualquiera de las candidaturas que logre ganar. Así, por ejemplo, hay votos suficientes para evitar cualquier exceso pro estado por parte de Castillo y hay votos suficientes para evitar cualquier exceso pro empresa privada por parte de Keiko Fujimori.
En teoría, debido a la presencia de diez bancadas diferentes, existen votos suficientes para evitar excesos de cualquier naturaleza y eso coloca al nuevo congreso, quién lo diría, ante un rol contemporizador respecto a la gobernabilidad de sí mismo pero, sobre todo, frente al ejecutivo que se nos viene, sea cual sea. En la eventualidad de un triunfo de Fuerza Popular, veríamos a Keiko en la orilla contraria a la que estuvo cuando logró la abrumadora cifra de más de setenta curules en las elecciones del 2016, pues tendría que gobernar sin un congreso naranja y con solo 24 congresistas. Interesante. Mientras que Pedro Castillo, si bien ha obtenido 37 curules, no es una cifra descollante y hay aliados potenciales para ambos.
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