Pública/privada, ¿cuál duele menos?

Al defender la vacuna como negocio privado, o no solo privado, Hernando de Soto ha avanzado su ficha en la parte superior del tablero social. Las clases media y alta quieren vacunarse cuanto antes y confían en el sector privado. Además, al proponer una solución de mercado, De Soto le recuerda a la derecha dónde está ubicado, por si esta lo olvidó.

El gobierno le ha robado buena parte de su fuego a las declaraciones de De Soto, al cambiar de plano las reglas de la vacunación. Con esto Francisco Sagasti piensa apurar las cosas, y alejarlas lo que se pueda de las garras del compadreo. Con lo que es posible que veamos preeminencia estatal en la vacunación, por lo menos hasta agosto.

Con esto de aquí a las próximas juramentaciones la vacuna privada en territorio peruano va a ser más un debate que una realidad. Un debate que en algunos sectores ya se ha deslizado hacia la conocida confrontación entre gestión estatal y gestión privada. Por lo pronto De Soto ha dicho, si comprendimos bien, que su gobierno no repartiría vacunas.

Ese es el reverso de la moneda del discurso de Verónika Mendoza, quien tácitamente ofrece un gobierno vacunador universal. En realidad es lo mismo que dicen, con diversos grados de claridad, otros candidatos. Aquí el mensaje no es el mercado, sino una forma de eficientismo estatal, el que ahora no estamos viendo y que pronto aparecerá, desde un sombrero de mago.

Ambas posiciones están olvidando que si las vacunas finalmente llegaron al Perú fue por una colaboración entre el sector público y la empresa privada. Ver enfrentados a estos dos sectores en temas de la pandemia es un exceso de la ideología, bastante arcaico, y del que hoy ningún político en campaña se salva, en ningún lado del espectro.

¿Es la posición frente a la vacuna lo que va a decidir las cosas en este último resto de la campaña? Puede que no sea decisivo, pero de todos modos va a influir, pues lo vacunatorio engloba la totalidad del problema pandémico de la población. Con la enfermedad o la muerte de por medio, es un mensaje que llega directo a la atención del electorado.