Precio del dólar hoy, 23 de abril

Aquel 5 de abril

“Y escribo este texto hoy 5 abril que recuerda la fecha más nefasta de la ignominia política. El Golpe de Estado de Alberto Fujimori en 1992 y que fue el inicio de la toma del poder por una banda criminal y su familia”.

Carlos Monsiváis decía que “la política es el arte de vender simultáneamente el gozo de la estabilidad y la paranoia ante el caos”. Nunca más certero para los peruanos a cinco días de las elecciones, en el peor momento de la segunda ola y que nos coloca en el mismo escenario de hace 200 años. Elegir según una ideología o votar sin ninguna idea, aquello que va en contra de los principios de ciudadanía y la democracia.

¿Ideología? Con eso no se come, decían en mi tiempo. Y esa falacia ataca hoy al conglomerado votante. Sí, los que se deciden en la cola, aquellos de la distorsión de la percepción. Y aquí comparo el plan de gobierno de Verónika Mendoza (56 páginas de sus ejes programáticos): “Queremos transformarnos en una nación moderna e independiente donde podamos disfrutar los avances de la cultura, ciencia y tecnología, sin exclusiones ni desigualdades…” Y el plan de gobierno de Hernando de Soto (una sola página) donde señala el problema 1: “Baja inversión en salud”. Y su solución: “Aumentar la inversión en salud”. Y no me río porque se me arruga el occipucio.

Y escribo este texto hoy 5 abril que recuerda la fecha más nefasta de la ignominia política. El Golpe de Estado de Alberto Fujimori en 1992 y que fue el inicio de la toma del poder por una banda criminal y su familia. Entonces la corrupción disfrazada de populismo se enquistó en todas las entrañas del Estado peruano. Y de esa vez y hasta ahora. Y vino Toledo, García, Humala, PPK, Vizcarra, etc., y el sistema infecto se perfeccionó.

Y aquellos compinches –los operadores les decían– de ese atraco hoy son los hackers y los troles en esta guerra sucia que toma a la masa como una recua de aturdidos, y con sus fake news, su posverdad, sus falsas fotos y videos manipulan al sobreviviente, manosean al ignorante y ordenan sus conductas políticas con la desinformación propia de los capos del gansterismo inmundo.

Así, el fujimorismo, la derecha chicha y, cierto, el senderismo todavía existente elaboran sus caldos de cultivos en el aturdimiento y el miedo y vigorizan la cultura del odio como virtud. Y los que andan asustados porque Verónika Mendoza va a ganar repiten la monserga: “chavismo, Cuba, Evo”. E insisten en que “peligra la democracia y el sistema”.

Voy a votar agónico, sin oxígeno ni UCI, voy a votar. Este es mi país con sus 200 años de republiqueta y donde quiero evitar que nos gobiernen ricos, militares y neoliberales corruptos y ladrones.

La República

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