¿Cuál es el PRECIO DEL DÓLAR hoy?

Espérame en la oscuridad

“La oscuridad no remite tan solo al desinterés o la carencia de información. Sobre todo, nos habla del desánimo, por no decir el duelo melancólico en el que estamos sumidos”.

O ya no entiendo lo que está pasando o ya pasó lo que estaba entendiendo.

Carlos Monsiváis

Vaya uno a saber por qué mi inconsciente me envió esta frase como título de la nota. Aquí algunas asociaciones libres al respecto. Hoy lunes 5 de abril se inicia el periodo de prohibición de publicar encuestas electorales. Otro de esos disparates infantilizadores que nos caracterizan como sociedad. Incluyo la ley seca y el voto obligatorio (sé que este último punto es más polémico), como medidas destinadas a convertir el proceso electoral en una imposición, cuando es ante todo un derecho.

Un derecho que las dos tenazas brutales de la pandemia y la crisis han puesto en entredicho. Da miedo ir a votar. Incluso alguien con el desmedido privilegio de estar vacunado, por haber participado en el ensayo clínico de la Sinopharm, como el suscrito, puede contagiarse y traer el virus a casa (la vacuna me protege contra la gravedad de la enfermedad pero no me inmuniza). Si la decisión de postergar las elecciones estuviera en mis manos, ignoro cuál sería mi decisión.

Las encuestas que salieron este domingo (IEP, IPSOS), con diferentes metodologías, muestras y fechas, arrojan distintos resultados que, según los expertos, no lo son tanto. Pero como la mayoría de votantes somos legos, nos quedamos lelos. Sumergirse en ese maremágnum de cifras por personas, regiones, tendencias y escenarios, no es una foto ni un video sino un caleidoscopio.

En esta semana decisiva circularán por lo bajo encuestas a las que algunos tendremos acceso vía divertidos seudónimos, en las redes sociales: Titicaca, Misti, Micaela, Chancho al palo, Atajapelotas, Dinastía, etcétera. Dudo que esto afecte los resultados de manera significativa. Más bien las encuestas autorizadas han arrojado resultados tan raquíticos para los candidatos y sus listas congresales, que cualquier cosa puede pasar.

Nunca habremos votado tan a oscuras como en esta oportunidad.

La oscuridad no remite tan solo al desinterés o la carencia de información. Sobre todo, nos habla del desánimo, por no decir el duelo melancólico en el que estamos sumidos. La frase de Monsiváis, tomada del magnífico ensayo de Juan Villoro en su libro La utilidad del deseo, resume nuestra perplejidad y dolor. Resta la urgencia de persistir, aunque la luz sea tan tenue. Encendamos una vela: votemos por convicción y no por cálculo.

La República

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