El misterio de Cajamarca

Cajamarca es un misterio. No hay otra manera de explicar cómo es que la región que más inversión minera mostró en la última década, sea hoy la región con más pobreza monetaria –5 de cada 10 habitantes de esa región es pobre, pese al enorme potencial de los recursos ahí (INEI 2020)–.

Cajamarca es pobre. Pero es al mismo tiempo, la región que más buenas prácticas está mostrando si hablamos de un uso relevante de lo digital. Y al costado de este fenómeno, Cajamarca es la segunda región con el mayor número de distritos con reducción de pobreza (MIDIS 2020).

¿Hay alguna relación entre reducción de pobreza y digitalización? Los casos de éxito demuestran que dos aspectos son claves: 1. Fuerte liderazgo en la implementación de las acciones, y 2. Desarrollo de actividades productivas de segunda generación sobre lo digital (por ejemplo para Cajamarca pintan bien: servicios digitales bancarios-Fintech; comercio electrónico y Agritech más forestal).

Personalmente, conozco los esfuerzos de la región por abrazar el discurso tecnológico, a través del despliegue de su CITE-Digital (centro de innovación tecnológica y productiva) que bien puede ser el motor que dé continuidad a los cambios que se ven en la calidad de vida ahí (tracking digital de la importante reducción de anemia infantil, por ejemplo).

Y en medio de la apretada carrera de los candidatos por llegar a la segunda vuelta electoral 2021, Cajamarca y su Gobierno regional (Acción Popular-AP) es un vector que alguna influencia podría tener en la candidatura de un postulante que no luce muy de avanzada en sus propuestas.

¿Veremos pronto a un Yonhy Lescano hablando con coherencia de tecnología satelital? ¿O mejor aun, explicando por qué cualquier política pública de formalización de la enorme cantidad de peruanos autoempleados debe tener un acercamiento a la bancarización digital?

En Cajamarca están pasando cosas. Y el contenedor de esos cambios es la tecnología digital. Tutti atenti.