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Britney somos todas

“El movimiento #FreeBritney cuestiona la carga machista que las mujeres recibimos solo por existir”.

“No soy una niña, ni aún una mujer” es el título de una de las canciones más famosas de Britney Spears, la cantante estadounidense que desde muy joven tenía que responder en televisión si tenía novio y a cuestionamientos sobre su “virginidad”.

Juzgada y explotada dentro de la más dura cultura pop, es la imagen de aquello que nos pide el patriarcado y agentes sociales como son los medios, familia y escuela, a las mujeres: que seamos puras sin volvernos puritanas y ser atrevidas sin llegar a putas.

La diferencia es que no todas tuvimos el escrutinio público encima. Un sistema de control tan surreal y asfixiante que cuando la cantante se atrevió a desear, a enamorarse, a maternar, a dejar atrás las macabras manos de titiriteros, pensamos que había caído en decadencia.

“Si Britney sobrevivió 2007, tú también puedes”. Y reíamos mirándola raparse el pelo. Quizás si estuvieran a punto de arrebatarnos la custodia de nuestros hijos, colocar a un hombre (padre, tío, esposo o quien sea) como tutor legal, no poder gastar un centavo, votar, manejar y vivir libre sin ser controladas, habríamos hecho lo mismo.

Hoy, el movimiento #FreeBritney pide su liberación y, de paso, cuestionan la carga machista y de tutelaje que las mujeres (famosas o no) recibimos por el solo hecho de existir. Sucedió con Amy Winehouse, forzada a dar un concierto en estado frágil. Pero no nos vayamos tan lejos. ¿Acaso no fuimos nosotros, los medios, igual de morbosos y misóginos con Tilsa Lozano? ¿Con Yahaira Plasencia?, ¿con Angie Jibaja?, ¿con Jossmery Toledo?

Lo que el circo mediático, la voraz y tóxica sed de morbo ha hecho a Britney y más mujeres del arte y el espectáculo es extrapolar el machismo innato y normalizado de la sociedad en sus propias vidas a través de “tutores legales”, “comentarios” en redes o en la elaboración de titulares. Y con ellas, el resto de mujeres.

Que quede claro: no somos un objeto al que adoctrinar, controlar, explotar. Britney sometida, en realidad, somos todas.

Lucia Solis Reymer

Casa de Brujas

Periodista y editora de género en Grupo La República. Licenciada en Comunicación y Periodismo por la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y máster en Estudios de Género por la Universidad Complutense de Madrid.