Cronograma de retiro AFP, según José Luna

Los de aquí y los de allá

“¿En Miraflores se respetan más las normas que en el Rímac? Diría que no... hay reuniones y juerga a mi alrededor”.

Desde el inicio de la emergencia sanitaria paso la mitad de la semana en mi casa y la otra mitad en la de mi madre, donde crecí, en el Rímac. Esto me ha permitido contrastar algunas realidades y actitudes en un distrito populoso y otro privilegiado, como les dicen.

La primera gran diferencia, el delivery. Considerado por muchos como la gran solución a todos nuestros problemas, en el Rímac sigue siendo una rareza. Para empezar, ningún aplicativo llegaba (desde hace poco solo lo hace Rappi), ni los grandes supermercados o tiendas por departamento, ni quisiera pequeños negocios.

Para tener el lujo de recibir en casa los alimentos u otros artículos que necesito debo trasladarme a Miraflores, donde vivo. En 45 minutos, tiempo que me toma llegar del Rímac a Miraflores, paso de pobladora de barrio popular a vecina con todo a su alcance y en la comodidad de su hogar.

En el distrito bajopontino las colas no se forman en los supermercados sino en el mercado Limoncillo o en pequeñas paraditas. No he visto a nadie llevarse el papel higiénico a montones, tampoco las botellas de agua. Aquí se compra en pequeñas cantidades, para el día a día. El agua se hierve para poder consumirla.

Pero hay también similitudes, y muchas. La sensación de inseguridad es la misma, se camina con temor, moto que pasa por nuestro lado es sospechosa. ¿En Miraflores se respetan más las normas que en el Rímac? Diría que no. Si paso un fin de semana en el Rímac hay reuniones y juerga a mi alrededor, si lo paso en Miraflores también, igual de concurridas y bulliciosas. En ambos distritos me ha pasado que llamo a la policía y esta no contesta, y si lo hace, no llega.

Decidí retomar la actividad física y comencé a realizar caminatas por el malecón. Para no perder el ritmo cuando me quedo en casa de mi madre voy a la Alameda de los Descalzos. En uno tengo la vista privilegiada al mar, en el otro la arquitectura y monumentos históricos, un lujo en ambos casos.

¿Qué más tienen en común? Gente que corre o camina con la mascarilla mal puesta o sin ella, y que te manda a la mierda cuando se lo haces notar o les pides que la usen correctamente. Al fin y al cabo, no somos tan diferentes.

Patricia Montero

Palabra de Montero

Periodista de profesión. Ha trabajado en diversos medios de comunicación. Fue parte del equipo fundador de Canal N donde se desempeñó como Productora General, posición que también ocupó en ATV + participando desde la concepción del proyecto. Fue productora general del portal de noticias Espacio 360 y tiene experiencia en comunicación corporativa.