Prevenir y sancionar
El JNE exhorta a los candidatos presidenciales a seguir las normas sanitarias y compromiso con el Pacto Ético.
No hay duda de que esta campaña electoral se desarrolla en un ambiente sui géneris, en medio de una pandemia y en un contexto de poco entusiasmo y desconfianza. Los candidatos, no obstante, intentan manejarse en un clima de falsa normalidad, haciendo recorridos por mercados y plazas públicas, repartiendo abrazos y promesas.
Algunas escenas que han difundido los medios muestran aglomeraciones, con mascarilla y sin ella, probada de alimentos compartiendo el plato y reuniones en buses y otros espacios cerrados, los que justamente están proscritos en este ciclo de nuevos contagios y la circulación de una variante del coronavirus más contagiosa.
El Jurado Nacional de Elecciones en sesión plenaria acordó exhortar a los partidos políticos y candidatos a cumplir cabalmente todas las disposiciones que el Ejecutivo ha establecido: uso de mascarilla obligatoria, la prohibición de cualquier actividad que implique la concentración o aglomeración de personas que pongan en riesgo la salud pública, entre otras.
Recordó que es la Policía Nacional la llamada a hacer cumplir las medidas dictadas por el Gobierno. También es una tarea de las municipalidades fiscalizar las medidas de prevención y establecer sanciones si es que se determina la infracción de las normas sanitarias.
¿La exhortación es suficiente? Parece que no. Se ha planteado que se obtenga un compromiso más sostenible en el marco del Pacto Ético Electoral, ya convocado, que conduzca a la suscripción de un acuerdo entre los candidatos presidenciales y las organizaciones políticas participantes en este proceso. Este convenio debe señalar expresamente que se cumplirán todas las disposiciones sanitarias contra la pandemia.
Estas medidas de bioseguridad se tendrán que extender los meses de campaña e irse revisando y actualizando. La elección democrática exige población consciente y que tome una decisión luego de haber recibido información de calidad respecto a los candidatos y sus propuestas.
Este juego democrático debe encontrar una forma de viabilizarse sin poner en riesgo a los ciudadanos. La publicidad masiva ha sido reemplazada por la franja obligatoria, las calles tendrán que ser reemplazadas por las redes sociales y los candidatos deberán encontrar la forma de dialogar con sus electores sin ponerlos en peligro.
