COVID y apatía política

La campaña electoral se topa con peruanos afectados por la pandemia del Covid-19 y decepcionados de la clase política que en los últimos veinte años ha mostrado a gobernantes enlodados por la corrupción y que actualmente enfrentan sendos procesos judiciales.

En este escenario, los 23 aspirantes a conducir los destinos del país tienen un trabajo muy arduo y de compromiso para recuperar la confianza de los votantes, algo que obviamente no será tan fácil de lograr.

En la última encuesta de IEP publicada por La República, el 29% de los entrevistados señaló que no votarían por ninguno de los 22 candidatos mostrados en cartilla (faltó el candidato de Contigo). Otras encuestadoras reflejan el mismo ánimo de la población en sus resultados (en Ipsos el porcentaje de votos blancos, viciados y “no precisa” llega a 35% y en Datum a 32%).

No es para menos este sentir de la población. Desde que se recuperó la democracia, los destapes por corrupción saltaron a la vista. Después del gobierno dictatorial de Alberto Fujimori, en el que campeó la corrupción y la violación de los derechos humanos, le siguieron presidentes democráticos que ofrecieron superar esa nefasta etapa del país.

¿Y qué pasó? Todos ellos (Alejandro Toledo, Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski y Martín Vizcarra) están siendo investigados y procesados por supuestos delitos de corrupción. La situación de Alan García se frustró por su suicidio.

Los aspirantes a dirigir los destinos del Perú para el período 2021-2026 tienen la difícil tarea de comprometerse y convencer a los votantes de que ellos, sean de derecha o de izquierda, no van a delinquir y que van a trabajar con honestidad. Ojalá cumplan.